Poesía de Pablo Orlando

Geografías y abismos

I

Porque tú y yo en algo nos parecemos,
y sabes que de poco sirven las palabras cordiales
cuando el cielo aprieta como una angustia
y un temblor nos sobrecoge el pecho.

 
Tú y yo en soledad nos parecemos
como dos perros que rastrean
un calor cómplice que habita en nuestro cuerpo.

II

Llegaré a la estación  con el primer aire
apenas erguido sobre mis piernas.
Por suerte (extraño gozo)
hace poco que llegaron los pájaros de alegre vuelo.
Rasgan la luz y hacen cabriolas.
Un mundo nos separa,
pero  es entonces cuando, por un instante,
renace la mirada fugitiva.