Entrevista a Carlos Vaquerizo Torres

Poeta

El II Premio de Poesía «Elena Gorrochategui» (2019), convocado por el Ateneo Guipuzcoano, ha sido otorgado a D. Carlos Vaquerizo Torres, por su libro «Antes de la palabra». Con motivo de éste, nos desplazamos a Sevilla para felicitarlo, saludarlo y acercarnos a su obra.

Carlos Vaquerizo (1978) es filólogo hispánico por la Universidad de Sevilla y poeta temprano, entre sus trabajos caben destacar: Fiera venganza del tiempo (2005, Premio Adonáis de poesía), Tributo de Caronte (2014, Premio Internacional de Poesía Ciudad de Almuñecar), Preludio de una mirada (2014, Premio Ciudad de Pamplona), Consumación de lo eterno y Quienes me habitan (2015), Versos del equilibrista (2018, Premio Internacional de Poesía Juan Alcaide de Valdepeñas),…

Trépanos— ¿Cree Ud. que hay unas ciertas tendencias comunes en los poetas andaluces de los últimos 50 años?

Carlos Vaquerizo— Efectivamente, pueden apreciarse varias formas de hacer poesía en el último medio siglo, y no solo en Andalucía, sino en el panorama nacional. Así, los años 70 supusieron un paulatino abandono de la poesía social para abordar una literatura detono culturalista y resabios vanguardistas encabezada por los Novísimos.

Pero bien pronto, en Granada, los poetas Javier Egea, Luis García Montero y Álvaro Salvador revolucionan y encauzan con gran éxito de lectores y de seguidores poetas el panorama lírico al instaurar una manera de hacer poesía que toma como gran referente a Jaime Gil de Biedma. Me refiero, obviamente, a la poesía de la experiencia (también llamada la otra sentimentalidad). Tanto es el éxito de esta tendencia que aún hoy muchísimos autores escriben apegados a este estilo. Se trata de una poesía con paisaje urbano, de tono coloquial, directo, sencillo, que no elude temas escabrosos y tradicionalmente no poéticos (tratándolos de forma explícita) como las drogas, el sexo…

Paralelamente a esta corriente surgió la llamada poesía de la diferencia encabezada por el canario Sánchez Robayna, que cultivaba una posía conceptual y reflexiva. En Andalucía esa corriente también tuvo seguidores como los poetas Miguel Florián, José María Algaba, Jacobo Cortines, entre otros…

Podemos hablar también de una línea poética andaluza ambientada en el ámbito rural con un lirismo emotivo y trascendente. Su máximo representante sería Alejandro López Andrada.

Dichas corrientes siguen estando vigentes en la actualidad, por lo que nos encontramos con un panorama poético muy ecléctico.

Cabe destacar como aspectos de la poesía más actual dos ejes básicos: el influjo de los «youtobers» e «influencers», blogueros y demás especímenes surgidos de las redes sociales que han generado un fenómeno social produciendo una poesía naif, anecdótica, intrascendente, plagada de tópicos y de problemas propios de la población adolescente. Paradójicamente, este tipo de poesía está teniendo una acogida positiva por parte de editoriales, autores de cierto renombre, premios literarios y entidades culturales; y la proliferación de la voz lírica femenina, ejemplificado en autoras como Raquel Lanseros, Elvira Sastre, Elena Medel…

T.— ¿Se puede considerar que hay una poesía que, con propiedad, se denomine andaluza?

C. V.— Creo que hoy día la poesía tiene un tono cosmopolita tal que los autores actuales han conseguido una voz lírica que no los ata a un amaneramiento formal ni estilístico ni temático para poder hablar con propiedad de poesía andaluza. Aunque esto no quite que en algunos autores se pueda inferir ecos lorquianos o de poesía popular como la seguidilla o el romance.

T.— ¿Cómo estima el número y calidad de los poetas españoles en el momento actual?

C. V.— Aunque, obviamente, como diría Machado, hay que separar las voces de las ecos, creo que la poesía actual goza de buena salud. Autores jóvenes como Javier Vela o Aitor Francos, junto a otros ya consagrados como Álvaro Valverde o Basilio Sánchez, son buena muestra de ello.

T.— En cuanto a Ud., ¿En qué tendencia se encuadra? ¿Cuáles son las características de su creación poética?

C. V.— Bueno, no sé si mi poesía se encuadra de forma rotunda en ninguna tendencia. La considero reflexiva, muy preocupada por la índole temporal del hombre y por el aspecto formal. Es una poesía que pretende trascender la anécdota y debatir constantemente sobre los problemas inherentes al ser humano, sin descuidar el ritmo y haciendo una elección muy cuidada de los vocablos.

T.— ¿Qué influencias tuvo en sus inicios y cuáles ahora mismo?

C. V.— En mis inicios me influyeron clásicos como Quevedo, Lope de Vega…y románticos como Rosalía de Castro, Espronceda, Zorrilla…

Actualmente: Rilke, clásicos como San Juan de la Cruz o Fray Luis de León, Borges, Hörderlin,etc…

T.— Para concluir, ¿podría enumerarnos sus preferencias a la hora de sus lecturas, en Prosa?

C. V.— José Donoso, Onetti, los autores de la generación perdida, Javier Marías, Borges (otra vez), Carver, Cortázar,etc…

T.— Muchas gracias, nos volveremos a encontrar en breve.

C. V.— Gracias a ustedes.