Entrevista a Gerardo Mosquera

– Con motivo de la, recientemente clausurada, exposición «Vida» de Gervasio Sánchez en el Museo de San Telmo de Donostia-San Sebastián –

Gerardo Mosquera
Curador y Crítico de Arte

Fecha de publicación: 14/06/22

Iñaki Vázquez— Gervasio Sánchez es algo más que un mero reportero de guerra (entre 1984 y 1992 cubrió la mayor parte de conflictos bélicos del planeta). Pocos saben que detrás de su obra se esconde un periodista de raza a lo Manu Leguineche. Recuerdo que durante la entrega de premios Ortega y Gasset (2008) llegó a denunciar al Gobierno de España por la venta de armas…

Gerardo Mosquera— La formación de Gervasio Sánchez fue como “comunicador”, no como fotógrafo, al punto de que aún hoy el no imprime sus fotos. Sus reportajes son tanto textuales como fotográficos, y aparecen publicados en su mayoría en El Heraldo de Aragón. Aunque ambos aspectos de su obra son muy destacables, la fotografía sobresalió, y es la que le ha valido reconocimiento y numerosos premios, incluido el Premio Nacional de Fotografía en 2009, el máximo galardón que se otorga en España en este campo.

Gervasio mantiene una postura muy vertical acerca de numerosas cuestiones, entre ellas la venta de armas a regímenes que pueden usarlas con fines ofensivos, de la que España no se salva. Profesa una gran ética en su trabajo, y es un espíritu crítico que no tiene pelos en la lengua para denunciar lo que considera injusto.

I. V.— La guerra de Bosnia centraliza gran parte de la exposición. Canto de cisne del compromiso humanista de gran parte de la intelectualidad mundial. Recuerdo a Susan Sontag generando arte en un Sarajevo sitiado…

G. M.— El comisariado de la exposición no procuró centrarla en la guerra de Bosnia ni en ningún otro asunto, sino mostrar la fuerza de las imágenes del fotógrafo más allá de sus temas y fechas, enfocando en el metatema inconsciente al que se atiene la obra toda de Gervasio: el triunfo de la vida en medio de las situaciones más difíciles. La importante presencia de Bosnia en la muestra fue algo que salió así debido a la gran cantidad de trabajo que dedicó Gervasio a este conflicto armado, y a sus magníficos resultados visuales, y también un poco por azar, pues la exposición tuvo que ser reducida notablemente para su presentación en San Sebastián debido al espacio disponible.

Es importante señalar que, en sus reportajes y en intervenciones públicas, Gervasio mantuvo una postura de denuncia ante la actitud europea hacia el conflicto, más allá de la denuncia intrínseca en sus fotos.

I. V.— La guerra de Bosnia agudizó, también, la crisis de conciencia europeísta ¿en qué situación estamos treinta años después de los acuerdos de Dayton?

G. M.— Al revés de lo ocurrido en Bosnia o en la invasión de Crimea por los rusos, la Unión Europea ha respondido con una unidad muy efectiva que sorprendió las expectativas de Putin y ha contribuido sustancialmente a la resistencia de Ucrania frente a la agresión. Si algún bien ha traído la guerra en Ucrania ha sido consolidar la Unión Europea de un modo nunca antes visto, a pesar de las grietas de Hungría y Turquía. Esta consistencia es uno de los elementos del nuevo mapa geopolítico europeo que ya ha trazado esta guerra.

I. V. En la exposición se observó una clara dialéctica goyesca. Las luces y sombras entren en constante liza, pero son las luces, la vida/bizitza, las que parecen prevalecer finalmente…

G. M.— En efecto, la vida prevalece. Como he dicho antes, la vida se reproduce obsesivamente, en un ciclo de decadencia y renovación constantes cuyo único sentido sea tal vez su propia repetición. Más allá de las minas, de Bosnia y de Sierra Leona, esta es la historia mayor, el gran suceso de permanente y ahistórica actualidad que nos reporta Gervasio Sánchez.

I. V. Esperamos verle pronto por aquí.

G. M.— Gracias y un abrazo.