Poema semanal de Pedro Berriochoa Azcárate

Pedro Berriochoa Azcárate

AMA

Te recuerdo, al salir de la escuela,
llego a casa, 
abro la puerta de la cocina, 
te veo por detrás,
 con tus piernas blancas,
afanada en tu plancha.
Estoy contigo, a salvo.

Y en los momentos duros,
en la adolescencia triste, 
cuando mi cabeza flaquea,
tú eres mi sostén.

Y en la madurez,
en las pequeñas transacciones,
en el cuidado de los nietos,
siempre detrás,
con tu sentido común,
con la cabeza sobre los pies.

Ahora, el cayado y mi brazo
son tu sostén.
Me aprietas el antebrazo,
insegura, temerosa.

Tu espinazo se dobla,
tu paso es inseguro.
Tus labios dibujan
un rictus amargo.

Caminas por un sendero de sombras.
“Esto, eso, aquello… ¿cómo se dice?
Se me está olvidando hablar”. 
Las palabras y los nombres te abandonan,
te adentras en la noche oscura,
vuelven los muertos 
y se alejan los vivos.