Poesía de Juan Pablo Lojendio

Confesión a la aurora

Y aún me permito
(Irresponsable de mí)
Aventurar mi dicha
Por el tiempo inhóspito
De amaneceres a tu lado
De luces primeras que enhiéstan
La determinación de mi espíritu
 
Arrellanado sobre este lecho
De ascuas que esperan
Ser revueltas
Mi vigilia custodia
Tu descanso
Pluma en mano
Con el aliento sostenido
Y la mirada fija
En el paisaje de tu cuerpo
 
Este altar generoso
Donde se inmolan
Los sacrificios por tu amor

Claroscuros

La luz del sol ilumina por igual
Un campo de tulipanes
Y un campo de minas
El soplido de la brisa
Que orea los cabellos de la musa
Orea también un charco
De sangre y lodo
En una ciudad desolada
 
De entre sus tragedias y aciertos
Y las sombras que proyecten
Tras de si
Qué no habrá de ver
El hombre
Hasta su último aliento