Confesión a la aurora
Y aún me permito (Irresponsable de mí) Aventurar mi dicha Por el tiempo inhóspito De amaneceres a tu lado De luces primeras que enhiéstan La determinación de mi espíritu Arrellanado sobre este lecho De ascuas que esperan Ser revueltas Mi vigilia custodia Tu descanso Pluma en mano Con el aliento sostenido Y la mirada fija En el paisaje de tu cuerpo Este altar generoso Donde se inmolan Los sacrificios por tu amor
Claroscuros
La luz del sol ilumina por igual Un campo de tulipanes Y un campo de minas El soplido de la brisa Que orea los cabellos de la musa Orea también un charco De sangre y lodo En una ciudad desolada De entre sus tragedias y aciertos Y las sombras que proyecten Tras de si Qué no habrá de ver El hombre Hasta su último aliento