Juan Telmo Uriarte
Psicólogo

Fotografía: Lourdes Álvarez (grafiti Tolosa)
Actualmente vivimos una situación de emergencia nacional debido a la aparición de varias muertes relacionadas con el coronavirus. Dentro de esta emergencia, las profesiones sanitarias han sido consideradas por la sociedad como los héroes de esta emergencia y dentro de estas profesiones sanitarias se ha puesto en la mirada de la población a los psicólogos (entre tantas). En esta pandemia se calcula que los síntomas ansioso/depresivos van a experimentar una subida considerable, no solo en gestionar la situación de cuarentena donde tenemos que estar recluidos en casa sino en la adaptación a la vida tras la cuarentena. Actualmente podemos observar que se pide desde las instituciones que los psicólogos trabajemos voluntariamente. Esto tiene un pro y una contra. El pro sería que tanto la población como las instituciones valoran la utilidad de la psicología, la contra es que se pide que los psicólogos asuman el papel de realizar su oficio de forma voluntaria, es decir, sin cobrar. Una buena manera de usar nuestra formación (4 años de grado y 2 de máster, 6 años en total) como papel higiénico… Aunque visto lo revalorizado que se encuentra el papel higiénico en la cuarentena a lo mejor no es tan malo….
Yo voy a hacer a caso a esos coach y voy a elegir ser feliz y positivo, por lo tanto voy a centrarme en pensar que por lo menos nos piden trabajar a los psicólogos (por cierto, huir de los coach y de los psicólogos que os digan que tenéis que elegir ser felices, es un timo que se han inventado los ricos para controlar a las masas 1*1)… Pero esta situación es complicada ya que siendo la psicología una profesión sanitaria (No pagamos el IVA por ser sanitarios) no está incorporada como tal dentro del sistema nacional de salud. Los psicólogos escasean y siendo los psicólogos más apropiados para realizar prevención y detección temprana de problemas psiquiátricos nadie se explica por qué somos el único país con más psiquiatras que psicólogos en el sistema de salud. Dentro de las diferentes hipótesis que podemos contemplar, hay una que puede ser cierta. La sociedad no ve a la psicología como ciencia. Voy a usar la interpretación de sueños como hilo conductor para explicar la evolución de la disciplina de la psicología a grandes rasgos.
La interpretación de los sueños es una práctica llevada a cabo por el ser humano desde hace miles de años. Todas las personas que estén leyendo este artículo han soñado alguna vez y seguro además que han hablado de sus sueños con otra persona. Es algo natural, innato en nuestra conducta como lo puede ser el intercambiar comida por sexo o resolver un conflicto con sexo (los bonobos y los seres humanos lo hacen)2. En estas conversaciones, a medida que avanzábamos en nuestro desarrollo cerebral, el lenguaje aumento de complejidad y los primeros “analistas de sueños” empezaron a intentar dar sentido a su amigo que le contaba apenado la angustia de sueño que había tenido, o que había soñado con tener relaciones sexuales con su madre. En este sentido, con el fin de entender la relación entre nuestro mundo interno y nuestros sueños, tenemos una de las figuras mas referentes en la sociedad moderna en lo que a interpretación de sueños se refiere, Freud. No podían faltar alusiones al sexo en un párrafo donde se menciona a Freud.
Con Freud tenemos uno de las metodologías para interpretar los sueños más comúnmente usada por psicólogos, psiquiatras e intrusistas del área de la salud mental que se atreven con el abordaje psicológico pseudocientífico con el fin de intentar remitir dolencias con prevalencia psicológica. Este método se basa en la metapsicología freudiana, es decir, en un modelo en el cual los fenómenos psicológicos se explican por la interacción de tres agentes que tienen diferentes fines.
1. Ello: Es la parte de los instintos, la motivación primaria que intenta satisfacer una necesidad.
2. SuperYo: Es la parte moral y su motivación es tener un modelo de conducta y seguirlo.
3. Yo: Es la parte que lidia e intenta regular ambas en base a los estímulos externos.
Soy consciente que este reduccionismo de la segunda tópica freudiana no va a satisfacer a los seguidores acérrimos Freudianos, pero no me importa. Hoy en día la única corriente psicoanalítica que hay que respetar son a los lacanianos que aceptan (a diferencia de Freud) que el psicoanálisis no puede ser una ciencia; los freudianos se han quedado en la época donde se premiaban las lobotomías con el Nobel de Ciencia.
Siendo el Ello, la parte de la segunda tópica freudiana que residía principalmente en el inconsciente, Freud generalmente atribuía los sueños a los deseos reprimidos de la conciencia. Por ejemplo, si sueñas con practicar sexo con tu madre (un sueño muy recurrente en muchos hombres) esto significaría que has reprimido tu “libido” hacia tu madre, así demostrando la existencia del complejo de Edipo. No voy a entrar a destrozar este argumento con la epistemología de Karl Popper… Antes de nuestro amigo filosofo de la ciencia hubo un discípulo de Freud que le llevo la contraria en su teoría. Y este pupilo rebelde se llamaba Carl Jung.
Jung aporto la idea del inconsciente colectivo, según esta teoría los sueños no serían expresados por la simple acción del ello de cada individuo sino que existirá una inconsciencia colectiva que uniría nuestros procesos mentales (incluídos los sueños). Es decir, si alguien sueña con que se le caen los dientes sería por la misma razón que si lo hiciera otra persona, además de que no tendría que ver con la libido como afirmaría Freud. Freud se enfado mucho con Jung por que este no tuviera la libido como energía primordial detrás de cualquier conducta o proceso mental.
A nivel científico intentar resolver esta disputa entre Freud y Jung sería imposible, debido a que como diría Karl Popper la capacidad que tenemos de falsear las hipótesis es nula. Pero a titulo personal voy a compartir con nuestros lectores una situación que me ocurrió cuando tenía 18 años y estaba iniciándome en la práctica de la hipnosis y leyendo los libros de Freud y Alice Miller. Una vieja amiga me confió un sueño que se le repetía mucho, consistía en un gato negro que le saltaba y le arañaba la cara. Por lo tanto hice lo que cualquier novato en psicología haría, use Google. Al introducir “gato”, “araña”, “cara”, “sueño” me apareció una página de análisis jungiano, el cual decía expresamente: “este sueño representa el miedo que tiene una persona lesbiana para salir del armario”. Mi amiga era una lesbiana dentro del armario. Cuando lo leímos los dos nos miramos absortos. Demasiado exacto para ser casualidad… Y siendo el gato una represión de la libido, no podría dar la razón a ninguno de los dos.
Y en aquellos tiempos de médicos usando consoladores para tratar la histeria femenina y cocaína para los síntomas ansioso depresivos (neurastenia se llaman en esa época), ¿qué decía la psicología científica? El conductismo sería el abanderado de la metodología científica gracias a Watson y Pavlov y sus respectivos trabajos de psicología experimental. Pero lamentablemente el conductismo no podía decirnos mucho sobre los sueños debido a dos problemas: Teóricamente el conductismo consideraba los procesos mentales como el soñar como fenómenos de la caja negra y por lo tanto inexplicables y además siendo el aprendizaje el motor de la diferenciación de conducta ¿Donde aprendimos a soñar? Filosóficamente hablando el conductismo tenía un problema de diseño. La tabula rasa. Y para romper la tabula rasa entro el cognitivismo en la psicología.
Según la teoría de activación-síntesis de Hobson3 cuando estamos soñando que sería en la fase REM tenemos nuestras neuronas activadas y estarían “repasando” la información almacenada e intentado resolver problemas y dar sentido a esta información que tenemos en nuestro cerebro almacenada. Debido a que la activación neuronal es aleatoria (se activa muchas diferentes parte de nuestra memoria) los sueños vendrían a ser el intento de racionalizar esta información desordenada que nos llega a la mente. Pero de la misma manera que los que decían que solo usábamos el 10% de nuestro cerebro, se tuvieron que comer sus palabras al ver que esto era mentira, que en el fondo usábamos mucho más porcentaje y que el 10% solo era lo que las máquinas en aquel tiempo podían registrar, con esta teoría tenemos que cogerla con pinzas ya que es posible que las máquinas del futuro acaben dando la razón a Freud o a Jung.
Al final cuando hablamos de psicología nos encontramos con un problema de base que la psicología ha ido arrastrando desde siempre. La limitación de crear leyes universales que expliquen los fenómenos psicológicos (como lo puede ser la interpretación de sueños) de la misma manera que por ejemplo la física o la biología lo hacen. La aspiración de convertir a la psicología en una ciencia de pleno derecho empezó con el conductismo.
El conductismo fue la primera escuela psicológica con posibilidades de convertir a la psicología en una ciencia natural realmente científica, diferenciándose del psicoanálisis que no había conseguido este estatus pese a las intenciones de su creador4. El conductismo considera a la psicología como una rama experimental de las ciencias naturales. Su objetivo teórico es la predicción y el control del comportamiento. Considera que la psicología es el estudio de la conducta y por lo tanto, no es necesario recurrir a los fenómenos de estado mental5.
Siguiendo el determinismo científico, la primera preposición deductiva sería: “Estimulo → Caja negra (aceptación del desconocimiento de su funcionamiento)→Conducta”.
Tras el desarrollo de la psicología experimental basada en el conductismo, llegó la aplicación de la psicología conductual dentro de las ciencias cognitivas, lo que se denominó psicología cognitiva (que junto a la psicología conductual se denominaría psicología cognitivo/conductual). Su primera preposición la podríamos exponer de la siguiente manera6: Estímulo → Proceso mental (aceptación de su conocimiento por parte de las ciencias cognitivas)→Conducta.
Pero después del cognitivismo, la filosofía constructivista entró a definir la epistemología dentro del conocimiento en la psicología científica y al ser esta una epistemología basada en la experiencia del individuo, entendiendo al individuo como un agente con indiosincrasia a la vez que interactúa con muchísimas variables ambientales7 la capacidad de realizar deducciones se mermó en la psicología. La indiosincrasia y la alta variabilidad no son amigas de realizar leyes científicas que siempre deben cumplirse en la realidad. Es por eso que hoy en día la inducción es el método científico predominante y, según juicio de numerosos autores y creencia del pensamiento hoy hegemónico, el único capaz de producir ciencia8 9 10 11. La inducción pretende acceder al conocimiento de lo general a partir de los hechos particulares comprobados. Proporciona la base para el llamado método experimental que, en su esquema clásico desde el siglo XVII, este método se denomina “Hipotético-deductivo” consta de dos fases12:
1. Fase de elaboración de hipótesis: Se propone el asunto cuya veracidad se desea observar
2. Fase experimental: Idea la prueba a la que se someterá aquel, sirviéndose para ello de los artefactos—Intrumental, medidas—Oportunos. Del desenlace del experimento se obtendrá la comprobación o no de la hipótesis del “asunto”. En caso afirmativo una nueva proposición integrará el corpus de la disciplina científica.
Pero a pesar de que se integre en el corpus del conocimiento de la disciplina, no debemos olvidar que en el método hipótetico-deductivo (que realmente es abductivo el cual se parece mucho a la deducción pero técnicamente es una inducción), las teorías científicas nunca pueden considerarse verdaderas, sino lo máximo a lo que pueden aspirar es al estatus de “No refutadas”13. Por lo tanto, necesitamos instrumentos que nos permitan aplicar con mayor eficacia el método hipotético-deductivo para que nuestro corpus del conocimiento sea lo más fiable y valido posible. Es decir, hoy en día en psicología cualquiera puede arrojar cualquier hipótesis como puede ser una interpretación de los sueños pero pocos psicólogos se someten a la segunda parte del método hipotético/deductivo, es decir, pocos psicólogos se toman el método científico en serio y por lo tanto no corroboran sus hipótesis.
La situación del coronavirus ha dejado de manifiesto que la sociedad demanda psicología pero que las instituciones desprecian el trabajo de una profesión sanitaria como puede ser la psicología al no remunerar el trabajo que hacen los psicólogos atendiendo a las personas que necesitan atención. En mi opinión, se debería incorporar la figura del psicólogo no solo es las áreas especializadas como actualmente hacen sino también en atención primaria. Da la impresión de que los psicólogos nos enfrentamos al modelo medico de atención a la salud mental debido a que nuestro método es juzgado por la gente como no científico. Para ver el punto de vista de los médicos que se dedican a la atención a la salud mental (Es decir los psiquiatras) hemos realizado una breve entrevista a una de las principales figuras en el mundo de la salud mental, el Dr. Fuertes. Leer entrevista.
Bibliografía, notas y fuentes:
1 Cabanas, E., Illouz, E. (2019). Happycracia. Barcelona: Edición Paidos
2 Ryan, C., Jetha, C., Johnson, A., & Davis, J. (2011). Sex at dawn: How we mate, why we stray, and what it means for modern relationships. New York: Harper Perennial.
3 Munévar, Maria Claudia, & Pérez, Andrés Manuel, & Guzmán, Eugenia (1995). Los sueños: su estudio científico desde una perspectiva interdisciplinaria. Revista Latinoamericana de Psicología, 27(1),41-58.[fecha de Consulta 1 de Abril de 2020]. ISSN: 0120-0534. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=805/80527103
4 Popper, Karl (1987). Conjectures and Refutations: The Growth of Scientific Knowledge. HarperCollins.
5 Watson, J.B. (1913). Psychology as the behaviorist views it. Psychological Review, 158-177
6 Cooper, P.A. (1993). Paradigm Shifts in Designed Instruction: From Behaviourism to Cognitivism to Constructivism. Educational Technology, 12-19.
7 Raskin, Jonathan, D. (2002) Constructivism in Psychology: Personal Construct Psychology, Radical Constructivism and Social Constructivism. American Communication Journal. Volume 5, Issue 3.
8 Kerlinger, F. (1975). Investigacion del comportamiento. México: Interamericana.
9 McGuigan, F. J. (1976) Psicología experimental: enfoque metodológico. México: Trillas.
10 Yuren, M. (1980) Leyes, teorías y modelos. México: Trillas.
11 Beaugrand, J (1982). Demarche scientifique et cycle de la recherche. Paris: Edisem.
12 Biurrun, J (2011) La lectura del otro: Notas de psicopatología. Donostia/San Sebastián: Psikla.
13 Bunge, M (2010). Las pseudociencias. Pamplona, España: Editorial Laetoli.
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