El terrorismo en la música contestataria española

La imagen del terrorista y la invisibilización de las víctimas

David Mota Zurdo
Profesor en la Universidad de Valladolid

Imagen: Amaia García Hernández

Introducción

No cabe duda de que el Rock Radikal Vasco (RRV) es la banda sonora del denominado “conflicto vasco”. Un género bajo el cuál hubo grupos de diferentes inclinaciones políticas que fueron absorbidos por el amplio paraguas de Herri Batasuna (HB) y sus campañas “alegres y combativas”. Ciertamente, tiempo antes, con la eclosión del Euskal Kantagintza Berria y la canción protesta1, se pusieron de manifiesto determinados elementos que definieron esta corriente. Sin embargo, fue durante la década de 1980 cuando se acabó creando una atmósfera músico-política en clave nacional, que superó la simple reivindicación de lengua y la identidad, pues fue entonces cuando el discurso letrístico quedó marcado de manera determinante no sólo por “la cuestión vasca” o “el problema vasco”, sino también por la cosmogonía de Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y su entorno, como se ha estudiado ampliamente en otro sitio2.

La presencia de este discurso ha tenido un impacto notable sobre el underground español y ha contribuido a que la música antisistema y de extrema izquierda esté trufada de lugares comunes, mantras y narrativas que habitualmente maneja la izquierda abertzale (IA). Como consecuencia, estas influencias han dado lugar a un nicho musical de carácter violento y radical. Muchos grupos de música antisistema se han visto influidos ideológicamente por los grupos vascos, como se comprueba en las referencias al RRV o a determinados músicos de esta escena (Iosu Expósito, Evaristo Páramos, Fermín Muguruza) a los que han mitificado como pioneros de la música contestataria y a los que miran con nostalgia y como modelo a imitar. Esto es identificable en bandas y raperos que se han significado políticamente como Pablo Hásel, Los Chikos del Maíz (LCDM), Habeas Corpus y Riot Propaganda.

Así las cosas, en este artículo se realiza un somero análisis de la situación de este tipo de música durante la década del 2000, prestando especial atención a la imagen del “conflicto” y del terrorismo, así como a la influencia ejercida por el RRV sobre el underground español, como se observa en las diferentes alusiones y temas que tratan en sus letras algunas de las bandas y raperos señalados.

Para ello, se parte de una premisa principal de análisis: la concepción de la música como elemento de construcción identitaria y de unión entre lo privado y lo social; es decir, como base sobre la que analizar su impacto sobre la nación, el género o la clase3. Se parte, pues, de una concepción de la música popular como parte del tejido social de una cultura política que usa las canciones para construir narrativas contrarias al establishment y remarcar la diferenciación entre el nosotros y los otros4.

La imagen de ETA y el terrorista en las canciones underground españolas

En 2015, el crítico literario Rafael Narbona escribió que, durante su etapa como profesor de Filosofía en un instituto de Secundaria en Madrid, en plena crisis económica de 2007, pudo comprobar cómo la política sólo generaba “indiferencia y hastío” entre los alumnos. El alumnado tomaba apuntes sobre Marx, Platón o Stuart Mill con cara de resignación, mientras que mostraban gran interés por cuestiones teológicas como el sentido de la vida. El panorama cambió en pocos años: jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 18 años admiraban a Stalin y Corea del Norte y cuando estudiaban a Marx en las aulas había voces que reclamaban volver a la lucha armada. No faltaban voceros: raperos y músicos que exaltaban el coche bomba y el tiro en la nuca, a la par que rescataban del armario a iconos de la lucha armada como Ulrike Meinhof (líder de la Fracción del Ejército Rojo), el Che Guevara o Carlos Marighella (líder brasileño de la Acción Liberadora Nacional).

Este cambió denotó una de las fallas del sistema educativo español, a saber, que hay una falta evidente de formación humanística en valores sociales y ciudadanos que favorece la radicalización. Para Narbona algo había fallado en la enseñanza si mientras diferentes etarras estaban siendo excarcelados en base a su arrepentimiento y condena de la violencia y sus acciones, nuevas generaciones apoyaban mensajes destructivos que alentaban a que el miedo cambiara de bando y que invitaban a tomar las calles a cualquier precio como quedaba reflejado en la música underground5.

Y es que las nuevas generaciones, expuestas diariamente a los medios digitales, tienen mayor facilidad de ser bombardeadas con mensajes políticos de todo tipo, desde la ultraderecha a la extrema izquierda, como queda evidenciado en la selección de bandas de renombre que se han elegido. Éstas han enaltecido la figura de personas catalogadas de terroristas, el discurso que lanzan desde sus letras suele ser en muchos casos de apoyo a la violencia política y, por consiguiente, se han ubicado próximos al radicalismo.

Los Chikos del Maíz

Letras como las de LCDM ponen en evidencia la mitificación que se realiza de diferentes grupos terroristas y sus protagonistas. Ubicados en la izquierda revolucionaria y el anticapitalismo, LCDM han establecido vínculos con la órbita de la IA, como demostraron en 2009 al apoyar a Segi, una organización calificada de terrorista según el Tribunal Supremo6. En diferentes declaraciones han buscado desembarazarse de las etiquetas de “pro-etarra” o “grupo batasuno” proferidas por diferentes medios de comunicación, colectivos de víctimas y grupos políticos, amparándose en la libertad de expresión y en su supuesto mensaje internacionalista, contrario a banderas, fronteras y nacionalidades7. La realidad, en cambio, demuestra que su actitud y, sobre todo, el contenido de muchas de sus letras los sitúa en el universo simbólico y narrativo de la IA, de apoyo a determinadas acciones terroristas y de agitación contra el Estado de Derecho.

Una canción a destacar por su contenido es “Disparen sobre Leire Pajín” (2010), que hace referencia a la ex-secretaria de Organización del PSOE y ex-Ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad en la legislatura 2010-2011. El propio título de la canción ya es un llamamiento a la agresión, pues solicita explícitamente que se atente contra Pajin, pero el contenido de la letra es más humillante, aunque sea en sentido figurado y, por ello, se escuden en el uso de la libertad de expresión.

Aparte de las referencias que se realizan al imaginario de ETA cuando señalan que la ultraderecha quiere verlos [a LCDM] como a Lasa y Zabala (asesinados y enterrados en cal viva por los Grupos Antiterroristas de Liberación, GAL), el apoyo a grupos insurgentes y terroristas como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el enaltecimiento de Tirofijo (Pedro Antonio Marín, fundador de las FARC), la difusión del mantra de que en España se practica la tortura de manera sistemática (tesis habitual en determinados ámbitos de la extrema izquierda, incluida la IA, que, por otro lado, no exime de que se hayan producido excesos y abusos policiales), la invitación a crear disturbios de guerrilla urbana o de salir a la calle para crear la desestabilización necesaria que permita al socialismo llegar al poder son claros indicios de que su discurso musical contradice sus argumentos exculpatorios. La canción es clara al respecto:

Es necesario que vuelva Lenin, que construyan otro muro de Berlín, que la historia no llegó a su fin y que disparen a Leire Pajín. Antisistema, […] Ingrid Betancourt monta orgía con Uribe. […] Vivan las FARC cabrones y viva Tirofijo […] Quemar mil coches es un acto político plausible. Y eso es irrebatible, como el cambio climático. Como que en el Estado español la tortura es un hábito. […] Compañeros, la lucha está en la calle. Como dijo Rosa Luxemburgo: socialismo o barbarie8.

En 2011, publicaron Pasión de Talibanes: un disco repleto de colaboraciones tanto en la elaboración de las letras como en las interpretaciones al contar con la participación de los políticos Pablo Iglesias, Arnaldo Otegi e Iñigo Errejón y el actor Willy Toledo, entre otros. En “Retales de mi cuaderno”, donde ponen en valor el papel desempeñado por el Partico Comunista Revolucionario (PCE-r) y Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), los componentes de LCDM, Ricardo Romero y Antonio Mejías, se definen tan marxistas como el cineasta italiano Pier Paolo Passolini y el conocido club de fútbol de izquierdas Livorno F.C. y se auto-ensalzan como personas íntegras, superiores al resto9.

Pero, al margen de esta cuestión, habitual en el rap político, con altas dosis de enfrentamiento verbal, la canción “Los hijos de Iván Drago” resulta más ilustrativa. Se trata de un tema interpretado junto al rapero Pablo Hásel en el que se recogen muchas de las cuestiones señaladas anteriormente como la defensa de la ideología hasta sus últimas consecuencias, la invitación a la toma de las armas y la utilización de otros mecanismos y estrategias habituales en la práctica terrorista. Incluso se asume con cierto orgullo que sus letras y rimas contribuyen a captar nuevos terroristas:

Cual preso político no suplico piedad, yo me sentí rico leyendo a Karl Marx. Hay que andar sabiendo el suelo que se pisa, cortaré a Emilio Botín las venas con una visa. […] Sueño que secuestran a Amancio Ortega y graban un discurso mientras una paliza le pegan. […] Chavales despiertan cuando protestamos, pero la Revolución debe ir más allá de los cascos, con actos vastos, prendiendo más mechas, como el conflicto vasco causamos miedo a la derecha. […] Raperos enferman, vamos Nega [alias de Ricardo Romero] asúmelo, sueles soñar con atentados y levantarte húmedo […] cada vez que saco nuevo material las FARC engordan sus filas10.

Riot Propaganda

No obstante, T.E.R.R.O.R.I.S.M.O. (2012), una canción que interpretaron junto a Habeas Corpus, es una de sus composiciones más polémicas. En ella se muestran especialmente críticos con la democracia con frases especialmente duras que justifican la violencia, estableciendo equiparaciones que no se encuentran al mismo nivel, pese a que, como se ha explicado en otros trabajos, sean “hipérboles sobredimensionadas, interpretaciones extremadamente grotescas y ciertamente esperpénticas, que pretenden insuflar a sus oyentes grandes dosis de actualidad política […] para generar un sentimiento de indignación que invite a la reflexión”11. De esta letra sobresalen los siguientes extractos: “terrorismo no es la kale borroka, es el presidente bocas del foro de la familia” y “basta mirar y comprobar que el miedo es solo una herramienta más, en manos de aquellos que se han erigido en dueños del poder. El terror no es solo una palabra, es la esencia de la democracia”12.

La colaboración entre LCDM y Habeas Corpus dio lugar a la creación de Riot Propaganda en 2013. Su primer disco United Artists of Revolution contiene canciones como “Dignidad, Guitarras y Cintas de Video” en las que hay alusiones a movimientos políticos internacionalistas como los Panteras Negras, referencias al imaginario terrorista vasco desde el ensalzamiento de figuras como José Miguel Beñarán Argala, al que se equipara con diferentes revolucionarios socialistas, hasta el confinamiento en un zulo (escondite) a la canciller alemana Angela Merkel. Por último, aquí también se invita a la lucha armada:

Tenemos a la Merkel en un zulo enseñándole griego […] nos guían los mejores Rosa Luxemburgo, Fidel Castro, Argala, otro cartucho, otra élite, otra bala […] Nada de medias tintas, ya se acabó, queremos nuestra propia guillotina en la Puerta del Sol13.

Las referencias a la guerrilla urbana y al universo simbólico de la extrema izquierda y de la IA son constantes en sus letras. En “Riot Propaganda”, por ejemplo, se pone de manifiesto su apoyo a Segi, desmantelada tras diversas macro-operaciones que dejaron descabezada a la organización juvenil de IA vinculada a ETA, y la comparación del arresto de sus miembros con casos “controvertidos” como el de Antonio Negri, que fue encarcelado por colaboración con banda armada (Brigadas Rojas) y ser autor intelectual del asesinato del primer ministro italiano Aldo Moro14; Mumia Abu-Jamal, militante de los Panteras Negras, responsable del asesinato del policía Daniel Faulkner15; y Manuel Pérez Martínez, Camarada Arenas, dirigente del PCE-r, preso desde el año 2000 tras ser detenido en París junto a miembros del GRAPO16. Asimismo, como se ve en el siguiente extracto, para arremeter contra otros raperos mostrando su crudeza y demostrar su superioridad, incluso afirman estar apoyados por organizaciones terroristas: “que das vergüenza ajena, como la persecución a Segi, como el talego de Arenas, Abu-Jamal y Negri […] ¿te patrocina FUBU? A mí las FARC y la ETA”17.

Aunque tanto LCDM como Riot Propaganda hayan aducido que se les etiqueta de pro-terroristas porque “la derecha española ha sacado tanto partido a ETA que es un discurso que no quieren soltar”, lo cierto es que tras observar algunas de sus canciones los vínculos parecen evidentes18.

Habeas Corpus

Este tipo de contenidos ya era visible en las composiciones de Habeas Corpus, el grupo con el que crearon Riot Propaganda, que dedicó espacio a estas cuestiones. En el disco A las cosas por su nombre del año 2000 incluyeron la canción “Basta ya”, en referencia directa al movimiento ciudadano contrario al terrorismo. En su letra acusaron a esta iniciativa ciudadana de instrumentalizar a las víctimas y de no atender a otras que pasaban inadvertidas, como los obreros fallecidos por accidentes laborales. En un tono frívolo, duro e insensible arremetieron contra el citado movimiento:

Asistimos a todas las concentraciones. Fuimos a las mil y una manifestaciones. Vestimos lazos de todos los colores. Sus palabras permitieron que no dijésemos nada. Aquellos días vestimos de tolerancia cerramos filas en torno a la democracia. Ciudadanos bien, ciudadanos de pie, acusando no se qué, acusando a no se quién. Fuimos testigos de todo ese gran teatro de los comunicados de condena y de repulsa de las banderas con la vara a media asta de esa inmensa mayoría, de los gritos de ya basta. ¡Basta ya! ¡Basta ya! Ni sus manos son tan blancas. Ni son blancas sus palomas. Ni es tan blanca su bandera. Ni tampoco sus entrañas19.

Pablo Hásel

Pero, de todos los músicos citados, Pablo Hásel ha sido el más incisivo, como se ha visto ya en la colaboración que hizo con LCDM. Por cuestión de planteamiento, no se profundizará en el contenido de sus letras, pero sirva el siguiente botón como muestra de la tónica de muchas de ellas: “Merece que explote el coche de Patxi López”, “No me da pena tu tiro en la nuca”, “Es un error no escuchar lo que canto, como Terra Lliure dejando vivo a [Jiménez] Losantos”, “los GRAPO eran defensa propia ante el imperialismo y su crimen”, “quienes manejan los hilos merecen mil kilos de amonal”, “pienso en balas que nucas de jueces nazis alcancen” o la “farsa de la transición, tienes suerte de que no fueran a por ti [Santiago Carrillo] los GRAPO”20.

Han sido, empero, sus declaraciones las que más polémica han causado, sobre todo, en la red social Twitter, por las que ha sido llevado a la Audiencia Nacional en varias ocasiones con acusaciones de apología del terrorismo. Si bien, ya en 2014 fue condenado por pedir el asesinato de políticos, como se ha visto antes en el caso del socialista López, y elogiar en sus canciones a miembros de ETA y GRAPO, heroizando la figura de Camarada Arenas, como se observa en el siguiente extracto: “Prefiero GRAPOs que guapos. Mi hermano entra en la sede del PP gritando ¡Gora ETA! A mí no me venden el cuento de quiénes son los malos, sólo pienso en matarlos”21. En 2018, afirmó sin ambages que ETA y GRAPO eran “ejemplos de resistencia”, modelos a seguir y que la cárcel no le impediría seguir pensando lo mismo22.

Conclusión

Este tipo de referencias al terrorismo en la música underground española es habitual. Al igual que en el caso vasco, las letras de estos grupos han convertido al terrorista en modelo de luchador libertario, transmitiendo esta imagen a los sectores más jóvenes de la sociedad. Han ensalzado sus acciones y representantes, como se ha visto en las letras de Riot Propaganda y LCDM, y en algunos casos, como sucede con las composiciones y testimonios de Hásel, se ha señalado abiertamente que el terrorismo es un camino transitable para conseguir determinados fines políticos. Por este motivo, la mayoría han sido denunciados públicamente por asociaciones y colectivos de víctimas del terrorismo debido a que han ensalzado la figura de los victimarios, la ideología y acciones de grupos terroristas como ETA y GRAPO.

Por el contrario, mientras la música underground ha ensalzado por norma general al victimario, sobre todo, cuando ha sido cercano a una cultura política con la que la extrema izquierda pudiera establecer vínculos, los grupos y cantantes mainstream han dedicado su atención a las víctimas del terrorismo. Canciones como “Jueves” de la Oreja de Van Gogh, “Fragilidad” de Ismael Serrano o “Jueves 7:36 horas” de Marwan son un homenaje a las víctimas del 11-M. Incluso ha habido grupos del underground español, no tan politizados o no tan cercanos a lo antisistema, que también han tratado esta cuestión en sus canciones con voluntad de recordar: Kannon compuso “Chaval”, Los Suaves “Vísperas de destrucción” y el citado Habeas Corpus dejó una pista en blanco en su álbum Armamente que tituló “11 de marzo”.

Con todo, pocos se han atrevido a realizar canciones sobre las víctimas de ETA. Sólo Local 9 ha compuesto “Valor para recordar”, una canción en homenaje a las víctimas de ETA. Por tanto, las referencias a las víctimas del terrorismo en la música underground española existe, pero estas son bien circunstanciales e irrelevantes, como sucede con las de ETA, o bien se centran en el terrorismo yihadista.

Bibliografía, notas y fuentes:

1 González Lucini, F. (1988), Crónica cantada de los silencios rotos: voces y canciones de autor, 1963-1977. Madrid, Alianza.

2 Urrutia, 2019: 298-299;Urrutia, Ana (2019), “La canción protesta en España, una expresión contracultural después del 68”. En Juan Avilés, José Manuel Azcona y Matteo Re (eds.), Después del 68. La deriva terrorista en Occidente, Madrid, Sílex, pp. 298-299.

3 Delgado, A. y Ward, P. (2018), “Introducción: música popular, identidad y política”, Historia Contemporánea, 57, pp. 323-324.

4 Frith, S. (2003), “Música e identidad”. En Stuart Hall y Paul Du Gay (comps.), Cuestiones de identidad cultural, Buenos Aires, Amorrortu.

Street, J. (2012), Music and politics, Cambridge, Polity.

Mota Zurdo, D. (2017), Los 40 Radikales. La música contestataria vasca y otras escenas musicales: origen, estabilización y dificultades, Bilbao, Ediciones Beta. Pág. 515-543;

Álvarez, J. C. (2013), “Las publicaciones underground en España: pasado, presente y futuro de un modo de diagnostica la realidad”. En M.J. Miranda et al. (eds.), Filosofías subterráneas. Topografías. XLVIII Congreso de Filosofía Joven, Madrid, Plaza y Valdés. Pág. 47.

5 Narbona, R. (2015), “El fracaso de la violencia”, Revista de Libros, s/n.

6 El País, 24-XI-2009.

7 Levante: el mercantil valenciano, 9-IV-2010.

8 Los Chikos del Maíz: “Disparen sobre Leire Pajín”, en Cine, ideología y cultura de masas, Madrid-Valencia, Ruido Atómico, 2010.

9 Los Chikos del Maíz: “Retales en mi cuaderno”, en Pasión de Talibanes, Madrid, Boa, 2011.

10 Los Chikos del Maíz, “Los hijos de Iván Drago”, en Pasión de Talibanes, Madrid, Boa, 2011.

11 Mota Zurdo, D. (2017), Los 40 Radikales. La música contestataria vasca y otras escenas musicales: origen, estabilización y dificultades, Bilbao, Ediciones Beta. Pág. 210.

12 Los Chikos del Maíz, “T.E.R.R.O.R.I.S.M.O.”, en Pasión de Talibanes (DVD), Madrid, Boa, 2012.

13 Riot Propaganda, “Dignidad, Guitarras y Cintas de Video”, en United Artists of Revolution, Madrid, Bola 9, 2013.

14 Drake, R. (1984), “The Red and the Black: Terrorism in Contemporary Italy”, International Political Science Review, 5, 3, pp. 279-298.

15 O’Connor, J. P. (2008), The Framing of Mumia Abu-Jamal, Chicago, Chicago Review Press.

16 Sobre el GRAPO:

Castro, L. (2000), Terrorismo y afirmación revolucionaria: el caso PCE (r)-GRAPO, Madrid, UNED.

Castro, L. (2016), “GRAPO: el largo final de un ciclo de violencia”, Tiempo Devorado: revista de historia actual, 3, 1. Pág. 53-73.

17 Riot Propaganda, “Riot Propaganda”, en United Artists of Revolution, Madrid, Bola 9, 2013.

18 El Confidencial, 30-XI-2014.

19 Habeas Corpus, “Basta ya”, en A las cosas por su nombre, Madrid, Desobediencia, 2000.

20 RTVE, 29-IX-2019.

21 Europa Press, 1-IV-2014.

22 La Vanguardia, 1-II- 2018.