Johannes Itten

Rebelde incomprendido

Suso Barciela
Historiador del Arte y Crítico de Arte

Fecha de publicación: 19/07/22

Considerado como una de las mentes más brillantes del mundo del arte, Johannes Itten fue el primer pintor en definir e identificar con éxito estrategias de combinación de colores y valores cromáticos determinados.
El pintor suizo se enfoca principalmente en el estilo artístico expresionista, y también fue un talentoso maestro, diseñador y teórico del arte que formó parte de la Bauhaus de Weimar junto con Lyonel Feininger y Gerhard Marcks. Además de sus estrategias de color rompedoras, Itten se hizo un nombre sobre todo a través de la Bauhaus, ya que bebía de diferentes conceptos de disciplinas artísticas; su creencia era que no había diferencia entre un artista y un artesano, algo que era bastante radical de entender en ese momento y que posteriormente lo metió en problemas. A través de su meticulosa investigación, desarrolló siete métodos básicos para coordinar colores basados ​​en sus propiedades de contraste. Estos métodos todavía se utilizan en la actualidad y han sido objeto de numerosos libros y documentación.

Pero, ¿quién es en realidad Johannes Itten? Sabemos que nació en 1888 en Sudern-Linden (Suiza) en el seno de una familia acomodada. Inicialmente se formó como maestro de escuela primaria, pero durante esa formación como maestro conoció los conceptos del psicoanálisis, lo que le permitió profundizar en el color y la pintura, para así empezar pronto a formar sus propias teorías únicas sobre el espíritu creativo y la mejor manera de utilizarlo. Durante su breve período como profesor de arte, tuvo mucho cuidado de no corregir individualmente los errores de sus alumnos, creyendo que tales cosas podrían aplastar el impulso creativo del individuo. Las mayores inspiraciones de Itten fueron Adolf Hölzel y Franz Cizek; de hecho, uno de sus primeros libros sobre la teoría del color se basó en gran medida en las enseñanzas de Holzel. Su obra destaca por la riqueza cromática y la preferencia por la abstracción, aunque trata temas de carácter figurativo como paisajes o figuras. Sus obras con colores vivos y fuertes contrastes son el resultado de su investigación sobre los diferentes valores psicológicos que asociaba a cada color. A través del movimiento Bauhaus, Itten pudo enseñar y guiar a sus alumnos en los conceptos básicos del color, los materiales y la composición, aunque de manera muy poco convencional. Le gustaba cuando los estudiantes experimentaban con materiales y usaban formas elementales, conectándolas, para crear formas más complejas y, a la inversa, las formas complejas se dividían en formas simples. Todo para poder ver exactamente qué tiene que ver con el proceso creativo para poder analizarlo después. Realizaron estudios utilizando materiales como acero, arcilla, vidrio, papel y madera para experimentar, así es como retaba a sus alumnos a realizar trabajos personales. No aceptaba copias ni inspiraciones, quería que aprendieran a explicarse por sí mismos, y le gustaba cuando los estudiantes experimentaban con los materiales.

También pensaba que las cosas más simples podían inspirar la creatividad de una cualquiera, y razones no le faltaban, de hecho, este tema luego se convertirá en un tópico en la obra literaria del artista y en una de las mayores preocupaciones a la hora de crear. Para Itten, el color era la trascendencia y cualquier espacio sin color era como si estuviera muerto. Los colores representaban las ideas y la luz para él, un solo color podía ignorar una serie de ideas. El popular tomo de Itten, El arte del color, publicado en 1961 destacó la esfera del color, que incluía 12 dimensiones diferentes de las teorías del color. Una de las partes más destacadas trata de reflexionar acerca de la interpretación del color estacional. Personalmente hablando, creo que sus mejores obras, que son en las que ha explorado el uso y la composición del color, se asemejan a las de algunos de los grandes como Max Bill, Bridget Riley y Josef Albers.

La carrera de Johannes Itten empieza realmente cuando en 1909 entra en la Escuela de Bellas Artes de Ginebra. Mientras estudia allí, se le presenta la ocasión de participar en una exposición en el Kunstmuseum Bern en el año 1911. Años más tarde presenta su primera individual en 1916, en la galería Der Sturm en Berlín, donde se hace un nombre y deja claras sus intenciones. Ese año se va a vivir a Viena y funda una escuela de arte privada y es ahí, durante su estancia en Viena, cuando se hace amigo de Alma, la esposa de Walter Gropius, que tras la insistencia de su mujer, este le invitó a participar en la Bauhaus. Ya en 1919, y gracias a los contactos realizados con los grandes genios de la época a través de la Bauhaus, realiza otra exposición montada por Adolf Loos. Durante los primeros años como maestro en la Bauhaus, estuvo encargado del estrato preparatorio, denominado Vorkus, que se impartía durante los primeros seis meses de estancia en la Bauhaus, y que concienciaba y preparaba a los pupilos de todo lo que venía. Para Itten era muy interesante que los alumnos encontrasen su estilo, y por ello, empezaba siempre sus clases con ejercicios de respiración y movimiento, estudiaban su famosa teoría del color, formas y composiciones. También analizaban a los antiguos maestros.

Sin embargo, esto no duró mucho, pues en 1922, apenas tres años después de ingresar en la mejor escuela de diseño de la historia, comenzaron a surgir problemas y abandonó el taller por desavenencias con Gropius. Gropius abogó inicialmente por priorizar la productividad, e Itten, por el contrario, se centró fundamentalmente en captar la esencia de los objetos, más que los objetos en sí. Esta fue la primera desavenencia y punto de inflexión entre el director y el maestro.
También, los diseños que salían del taller tenían una estética constructivista muy diferente a la estética funcionalista perseguida en el resto de la Bauhaus, y esto lo podemos ver fácilmente en obras como la cuna Bauhaus. Otro problema era que Itten creía en la inspiración individual de cada artista más que en la utilidad de las obras, una idea que contrastaba fuertemente con la visión de Gropius, que quería que el diseño sirviera a la sociedad. Tanto Itten como algunos de sus discípulos más leales se convirtieron en seguidores de la doctrina Mazdaznan, basada en la sabiduría de Zoroastro. Itten estuvo fuertemente influenciado por las teorías orientales y el misticismo, y él y sus seguidores destacaron por tener el cabello rapado, usar túnicas y ser vegetarianos.
Todos estos hechos aumentaron tanto los desacuerdos con el director de la escuela que Itten no tuvo más remedio que forzar su renuncia en 1923. En marzo del mismo año, acudió con unos alumnos a una comunidad que continuaba con esta enseñanza en Herrliberg, prácticamente hasta el dominio nazi, y donde se dedicó fundamentalmente a la docencia, a la escritura de libros y a dar conferencias. Allí, más alejado del mundo esotérico, restableció una escuela de arte que de hecho logró convertirse en competidora de la Bauhaus.


En 1932 fue director de la escuela técnica superior de arte de la superficie textil con sede en Krefeld, que terminó con el cierre en 1934, cuando comenzaron los problemas del nacionalsocialismo alemán. La obra de Johannes Itten fue considerada “arte degenerado” y se exhibió en Munich en una expo para burlarse de ella. En 1937, las obras de Itten finalmente se retiraron de museos y exposiciones, y en 1938 fue despedido de la dirección de la Escuela Superior de Arte Textil de Krefeld. No fueron años fáciles. De aquí se trasladó a los Países Bajos con la idea de viajar a Estados Unidos por motivos bélicos, pero no lo consigue, y ese mismo año vuelve a Suiza donde fue nombrado director de la Escuela y del Museo de Artes Aplicadas de Zúrich.

Ya en la década de los 60, se le ofreció un puesto en la Escuela Superior de Diseño de Ulm, y publicó un libro titulado El Arte del Color. Es en esta época cuando recibe el doctorado honorífico y el premio de arte Sikkens en los Países Bajos. Muere en Zúrich en el año 1967.