Repensar lo humano desde el cine de ciencia ficción

Claudia Janneth Jaramillo
Profesora en la Universidad Pedagógica de Colombia

Imagen: Distopía Mutante

El presente texto aborda algunos planteamientos en clave del cine de ciencia ficción y la enseñanza de las ciencias, particularmente, de la biología poniendo de manifiesto diferentes maneras de problematizar las relaciones entre cine y enseñanza como también, de lo vivo y la vida en el presente de cara hacia el futuro, las cuales emergen de la experiencia de la autora en relación con tres filmes de ciencia ficción y un episodio de serie analizados desde una perspectiva filosófica que pone en dialogo los conceptos-imagen de las cintas, el impacto emocional y la inquietud, a través de una exploración visual que más allá de complementar la palabra insta a provocar el pensamiento.

Es así que con el propósito de afianzar los análisis filosóficos expuestos, se elaboran una serie de collages producto de diferentes capturas de pantalla tomadas de cada película, las cuales se reunieron en la herramienta de diseño Adobe Illustrator para editar y conformar una sola imagen que pone en evidencia el impacto emocional que suscita cada filme. El collage es una composición novedosa sobre las problematizaciones que se ponen de manifiesto entre lo vivo y la vida. También es una forma de operar directamente sobre los conceptos-imagen de las cintas, lo cual no se refiere a la condensación del material visual ni de la experiencia, ya que no se trataba de hacer un resumen que evidenciara una visión generalizada de las imágenes en movimiento.

Los filmes de ciencia ficción a propósito del transhumanismo sugieren repensar desde una mirada reflexiva las relaciones que entablamos con nosotros mismos, los otros y el mundo que habitamos, en pocas palabras, nuestras maneras de proceder ante lo vivo y la vida, pues más que ceñirnos a los contenidos y competencias requeridas, se pretende traer a la escena de la enseñanza nuestro gesto ético como posibilidad de invención y elección.

De las relaciones entre cine y enseñanza

A primera vista el cine promueve la enseñanza, generalmente, suele reconocerse como un recurso didáctico (Niño y Pérez, 2005; Peñalver, 2015; Escobar y Castañeda, 2017), que permite innovar y ponerse al servicio del acto de enseñar, de ahí que se consoliden estrategias mediadoras del aprendizaje partiendo de temáticas, contenidos, valores, comportamientos y habilidades. De manera complementaria, otros autores señalan que el cine es un recurso formativo (De la Torre, 1997; Sevillano et al., 2015), más relacionado con el espectador que con el director, en esa medida, el cine motiva, incita y sensibiliza a través de claras finalidades instructivas, contenidos de formación humanística o científica, incluso, películas comerciales con mensajes constructivos, sin intenciones formativas.

Este articulo no pretende legitimar o deslegitimar tales planteamientos como tampoco establecer unos novedosos, la potencia del cine a propósito de la enseñanza radica en su incompatibilidad para dictaminar y resolver problemas, más bien, se trata de confrontarlos, tensionarlos e interrogarlos a la luz de perspectivas insospechadas. En palabras de Larrosa (2006), las imágenes del cine requieren una atención despojada de intenciones, pues aun cuando no digan nada, nos hacen sentir las entrañas del mundo, de manera que, si bien se le atribuye cierta funcionalidad en la escuela, se podría optar por otras miradas que permitan explorarlo y vivirlo de manera singular.

Es importante precisar que la enseñanza no se asume como un ejercicio dogmático que prevalece en la instrucción y reproducción del pensamiento, en palabras de Martínez (2003), incita a lo impensado, la enseñanza como vía del pensamiento y no del aprendizaje situado en una connotación eminentemente económica y funcional, configura un acontecimiento sin finalidades adscritas a la solución de problemas, tampoco se agota en el acontecer de la escuela, trasciende a esta en la medida que visibilizamos nuestras actitudes y maneras de proceder frente a la vida. Si tanto cine como enseñanza se despojan de las utilidades previstas, el pensamiento se convierte más que en una necesidad, en una posibilidad que emerge en los intersticios de la vida.

Lo vivo y la vida es el punto de concomitancia entre cine y enseñanza, sin embargo, la insinuación de que se encuentran implicados no arguye a una necesidad de representar lo ocurrido, como lo señala Arias (2010), en su incapacidad de significar el cine muestra lo inimaginable, allí radica su resistencia y su potencia política, “En sus imágenes emerge una vida invisible, inconmensurable. No la simple vida biológica; no las formas de vida particulares de los individuos; no sus sentimientos y deseos personales. Se trata de la vida como posible, como acontecimiento.” (p.144). La vida como posible insta a desmarcarnos de los análisis convencionales que se hacen sobre los filmes, no representan ni significan la vida biológica de las especies, si bien pasan por allí sus relatos no se agotan en esto, incluso, se provoca su desbordamiento a la luz de interrogantes, irrupciones de la linealidad, finales abiertos e incógnitas que no se ciernen sobre su interpretación, sino sobre las posibilidades de propiciar el encuentro de la experiencia como acontecimiento que dista del acontecer veloz y efímero.

El cine de ciencia ficción y su implicación con la enseñanza de las ciencias

El cine de ciencia ficción no solo ha contribuido a incentivar el espíritu crítico en torno a los riesgos sobre la incorrecta manipulación del progreso, también, para escapar de la realidad, pero aún más, se ha convertido en un vehículo de divulgación social y reflexión sobre los avances en ciencia y tecnología (Marín, 2018). De ahí que, recurrentemente es utilizado para abordar relaciones con la enseñanza de las ciencias, por ejemplo, García (2009), lo destaca como un recurso idóneo y ameno en el aula para mejorar los procesos de enseñanza al suscitar interés en los diferentes medios audiovisuales dentro del estudiantado, en sus analogías cercanas al auténtico conocimiento científico y, en su capacidad de disfrute simultáneo. La observación y el análisis de películas se erige como estrategia motivadora para transmitir, construir y enseñar las disciplinas científicas presentes, mejorando el acceso al saber y la capacidad reflexiva.

De manera complementaria, Levin et al. (2012), consideran que el cine de ciencia ficción reúne características relevantes que sugieren transversalidad social y temática, capacidad de llegada, impacto y universalidad al denotar la posibilidad de establecer vínculos entre pensamiento y realidad, punto de partida para afirmar que el cine es un vehículo eficiente en la enseñanza de las ciencias. De hecho, el aprendizaje de las ciencias naturales en la escuela consiste en que los docentes reconstruyan los contenidos científicos por medio de una imagen didáctica adecuada. Los autores describen dos tipos de filmes de ciencia ficción: aquellos que se ocupan de las consecuencias de la aplicación de la ciencia y la tecnología, intentando establecer una relación prominente entre ciencia y sociedad; y otros, enfatizados en el científico como figura de locura y obsesión con sus ideas, alejado de sus consecuencias sociales.

Por su parte, Carbajo (2014), asume el cine como estrategia didáctica pertinente para convocar y generar reflexión en la enseñanza de la biología, la particular vista al género de ciencia ficción radica en su propósito de convencer al público de que cierto tipo de tecnología, proyecto científico o cosmovisión es posible. Desde la perspectiva de la enseñanza, el cine contribuye al desarrollo de destrezas, estrategias cognitivas, metacognitivas, y a la movilización de conocimientos; como estrategia posibilita el abordaje de contenidos biológicos acerca de su naturaleza como ciencia, lo cual aporta al aprendizaje de qué es la ciencia, cómo se constituye, cómo cambia y cómo se relaciona con la sociedad y la cultura. El cine debe estar mediado por el rol docente, capaz de transformar la ficción en contenidos de aprendizaje, teniendo como reto el interés de los estudiantes mediante la formulación de preguntas y respuestas pertinentes para estimular la construcción de nuevos conocimientos.

Según Grilli (2017), este género como recurso didáctico permite reconocer su capacidad motivacional para contribuir a la formación de una ciudadanía crítica capaz de diferenciar entre ciencia, ciencia posible y ciencia imposible. Mientras que, Alerm-González y González-Pérez (2019), desde una perspectiva integral, lo conciben como un medio eficaz para estimar las consecuencias éticas que podrían generarse del uso de la ciencia y la tecnología en un futuro, lo cual incluye: manipulación genética, uso de la cibernética, nanotecnología e inteligencia artificial para crear humanoides, la dominación de las máquinas, entre otras, que podrían derivarse de la acumulación de capital y la sobreexplotación de los recursos naturales.

La elección del cine de ciencia ficción más allá de coincidir con estos planteamientos, busca visibilizar las relaciones entre lo vivo y la vida que hacen posible su emergencia y resistencia, las cuales probablemente, no se agotan en el devenir biológico, pues conforman un entramado en el que confluyen problematizaciones de diversa índole con tintes filosóficos, en palabras de Gisper “El cine puede ser pensado filosóficamente desde su propio presente. Para ello es preciso interrogar las ficciones para ver en ellas signos y figuras que revelan las tensiones de un presente globalizado.” (2009, p.206). Así, la ficción sobre el futuro no es solo cuestión de imaginación, ni de una imperiosa necesidad por analizar los riesgos que trae consigo el presente de cara hacia el futuro, es más bien, un elemento que pone de manifiesto lo que venimos siendo y cómo lo venimos siendo desde una historia discontinua y disruptiva.

En clave de este planteamiento, se considera que el cine de ciencia ficción en la enseñanza de las ciencias, particularmente, de la biología, actúa como condición que posibilita los ejercicios del maestro sobre mismo, no como productos susceptibles de replicar y modificar por parte de los estudiantes, tampoco apelan a la necesidad de conocerse para dar cuenta de sí mismos o de los demás, como lo menciona Noguera (2009), la práctica del maestro sugiere que los otros desarrollen sus propios ejercicios, quizá en consonancia con la labor que él presenta, con sus enseñanzas, pero, sin asemejarse a la orientación del trabajo de los otros hacia el umbral de la verdad. Lo que aquí se expone toca al maestro, lo fuerza a pensar, interroga sus propias certezas, configura su experiencia e incita a hacer de la enseñanza una práctica de libertad.

¿La creación de un ambiente transhumano? La gestión del futuro

El mejoramiento de las condiciones humanas se halla vinculado con los propósitos del transhumanismo, de acuerdo con More (s.f.), comparten con el humanismo los principios concretados en la razón, el progreso y los valores centrados en el bienestar, tomando distancia de consideraciones dogmáticas; incluso, lo sobrepasan al desafiar los límites de lo humano con los avances en ciencia y tecnología a la par de un pensamiento crítico y creativo, con el fin de acelerar la transición de la condición humana hacia una transhumana o posthumana. Sin embargo, este giro también alude a la creación de un ambiente transhumano que genere las condiciones necesarias para mantener una sociedad abierta de la mano de un progreso constante, entonces ¿Cómo se gestiona el futuro con el transhumanismo?

El despliegue del transhumanismo y del posthumanismo, interrogan la forma-hombre, Vásquez (2003), considera necesario prescindir de una perspectiva humanista del mundo cimentada sobre la dicotomía sujeto-objeto, en tanto los humanos se relacionan entre sí mismos, pero también, con las máquinas, los animales, las plantas, y demás organismos que habitan el mundo, con el propósito de desarrollar una relación polivalente con el ambiente donde se implique el entorno natural, pero también, el tecnológico, suscitando un pensamiento en comunidad irreductible a lo humano. Estos principios, sugieren nuevas relaciones consigo mismos, con los demás y con el ambiente que deslocalizan la figura humana como eje central del mundo. No obstante, el transhumanismo se inmiscuye en la dicotomía movilizada entre la apertura de posibilidades y la gestión de un yo que se cierne con el automejoramiento y la autotransformación como emblemas del futuro.

Concerniente a este asunto Splice (Vicenzo, 2009), gira en torno a una pareja de exitosos científicos Clive y Elsa, que se proponen experimentar clandestinamente con su propio ADN, aprovechando que trabajan para una compañía ávida por descubrir aquel “pozo de misterios químicos inimaginables” que atañe a magnas soluciones para descifrar y potenciar la vida. La hembra H50 expresa características físicas exuberantes como pulmones de anfibio, lengua bífida, cola con espina, alas, calvicie, tetradactilia y tridactilia, su mente es ágil, sus células crecen aceleradamente, se estima que se desarrollará y envejecerá rápido, lo cual se asume como una ventaja para estudiar su ciclo vital. Sin embargo, el interés inicial en su composición se desplaza por el vínculo afectivo y la fascinante curiosidad por su aprendizaje.

Figura 1. Splice [Collage].

El pequeño mundo de Dren resulta corto para afianzar su libertad, satisfacer sus curiosidades y exploraciones mientras se consume en la clandestinidad y la soledad. Por su parte, el estudio científico arroja que Dren posee un derivado de una proteína medicinal pero más estable y potente que el de otras fuentes, sin embargo, esto deja de ser importante en la medida que los científicos establecen vínculos sentimentales con su creación, despertando también una fascinante curiosidad por su composición y funcionamiento ¿Cómo se adapta? ¿Cómo aprende? ¿Cómo se transforma? Siendo su mente ágil y abierta uno de los más grandes misterios.Ciertamente, el estrechamiento de estos vínculos incita que el experimento se torne fuera de control desplegando la muerte y la sed de venganza de la criatura, inoculada en el vientre de su madre, pues Elsa debe asumir un embarazo producto del amor maternal por Dren, que, a su vez, se convierte en la anhelada creación para contrarrestar enfermedades potenciales, quedando patentada por NERD una compañía ávida por descubrir aquel “pozo de misterios químicos inimaginables” que atañe a magnas soluciones para descifrar y potenciar la vida.

El filme se sitúa en el concepto-idea[1] de la creación de un organismo procedente del tratamiento de material genético de distintas especies a través de la ingeniería genética, dejando ver la necesidad de explorar y descubrir nuevos beneficios, preocupación que cada vez es más recurrente: “Si Dios no quisiera que exploráramos su dominio ¿Por qué nos iba a dar el mapa?” expone una de las científicas. El concepto-imagen[2] sugerido en la figura 1 se despliega en la problematización sobre la mercantilización de la vida, a propósito de la movilización de los componentes vivos que desempeñan un papel primordial en la optimización del rendimiento humano y, además, en la solución de algunas problemáticas que aquejan a la humanidad, pero que son susceptibles de combatir como la hambruna, la contaminación o la enfermedad.

Es probable que las plantas, los animales y demás organismos del planeta, posean un valor latente, aquello que Rose denomina como biovalor “Valor que puede extraerse de las propiedades vitales de los procesos vivos.” (2012, p.78). Los avances en ciencia y tecnología resultan fundamentales para explorar el biovalor a través de la emergencia de saberes bíos como la biotecnología, la nanobiotecnología, la bioinformática, la biología sintética, la ingeniería genética, entre otros, de manera que, la manipulación genética con los despliegues cada vez más elocuentes del par ciencia-tecnología en el terreno de la biomedicina trae consigo riesgos y preguntas incesantes.

¿Cuál sería el lugar de creaciones destinadas a salvar el mundo humano? O más bien ¿Tendrían lugar? Resarcir el agobio que genera la enfermedad se ha convertido en uno de los propósitos más fieles sobre la optimización del rendimiento humano, a través del reemplazo y transferencia de componentes vitales -genes, células, tejidos, ADN- se ha promovido la expresión de caracteres útiles en los organismos existentes o la creación de otros como la H50. Las preguntas atañen a qué pasaría con ellos, cómo serían acogidos, cómo podrían sobrevivir y adaptarse no solo a las condiciones adversas del medio sino también, de la sociedad, dada la prevención que se tiene frente al desencadenamiento de lo monstruoso.

Uno de los filmes insignias del biopunk[3] es Gattaca (Niccol, 1997), cuyo punto de inflexión gira en torno a lo humano y lo transhumano con la intervención de la ingeniería genética a través del diseño de bebés, lo cual implica venir al mundo no solo con mejores posibilidades de adaptación y supervivencia sino también, con un futuro prometedor hacia el éxito. Mientras que, nacimientos concebidos por reproducción sexual producto del azar y del amor, están signados por los riesgos de la herencia y los factores del ambiente como el de Vincent Freeman, quien padece una insuficiencia cardiaca que lo excluye de oportunidades y privilegios como el de formarse para ser un astronauta.

Estas desventajas prevén una vida carente de reconocimientos, a propósito del genoismo -discriminación genética- visibilizado en todos los ámbitos de la existencia con el control biológico que se exhibe mediante el iris del ojo donde reside el historial de cada persona o las muestras de orina, sangre, saliva y cabello, aunque el genoismo está prohibida tácitamente, Rifkin (2000) señala que, el conocimiento del perfil genético abre paso a la predicción y planificación de la vida a partir de la transición de la meritocracia a la geneticocracia, con la cual se clasifican los individuos conforme a su genotipo y se impulsa un sistema de castas biológicas con el dominio de la información genética que rige el futuro de los más aptos.

El concepto-idea del filme situado en el mejoramiento humano, se vincula con el conocimiento de sí –gnothi seauton– como acceso fundamental a la verdad (Foucault, 2002), dado que es necesario conocerse física, mental, espiritual y emocionalmente para enfrentar la incertidumbre, la velocidad y los ritmos de producción, pero también, para adquirir nuevos conocimientos, destrezas, habilidades, valores y competencias, conocerse y conocer a los otros es una condición de verdad fundamental para replicar los universales instaurados que direccionan la mejor manera de gestionar la vida. Por lo tanto, es necesario planificar y diseñar con prevención las características que aseguran un desempeño optimo, es imprescindible conocerse a sí mismo desde el automejoramiento para dar cuenta de los triunfos y éxitos que versan sobre un ideal de sujeto.

Pareciera que, despojar a los humanos de toda amenaza implica apostarle a la maximización de su productividad, esa es la premisa que Vincent pone en cuestión al romper con las probabilidades de condenarse a la insuficiencia cardiaca y luchar por su sueño de viajar al espacio, incluso, si esto implica mantener las normas sociales a través de engaños. De ahí que, el concepto-imagen emergente tiene que ver con sus elecciones personales -figura 2-: conformarse para vivir condenado o luchar para ser libre, poniendo de relieve la inquietud de sí mismo – epimeleia heautou-, en palabras de Foucault (2002), es una actitud sobre sí mismo, los otros y lo otro, pero también, una manera particular de atender a la mirada y trasladarla a partir de la fuerza del pensamiento, todo esto convoca una suerte de ejercicios sobre sí mismo y transformaciones tanto del cuerpo como del alma.

Figura 2. Gattaca [Collage].

Dada la experiencia de Vincent, sus padres decidieron acudir a las prácticas del diseño para garantizarle un mejor futuro a su próximo hijo, Anton, poniendo de manifiesto una eugenesia liberal[4], que según Fukuyama (2003), alude a una escogencia consentida por parte de los padres en lo que atañe a las decisiones que afectan a sus hijos resultando muy atractiva. La eugenesia totalitaria practicada en el siglo XX se desplaza por una forma de gestionar las conductas eficazmente que moviliza los deseos de optimizar la descendencia acorde con el posicionamiento del transhumanismo.

No obstante, la perfección genética se pone en cuestión al mostrar a Jerome Morrow un gran nadador que en un intento de suicidio fallido queda invalido y sumido en la depresión y el alcoholismo, cuando conoce a Vincent le alquila su identidad y con esto los dones requeridos para pertenecer a Gattaca, un centro de estudios y de investigación espacial para jóvenes con un patrimonio genético impecable, como navegante de primera clase y candidato predilecto en la conformación de la tripulación que se dirige al planeta Titán con lo cual culmina su sueño y su aliento, en palabras de Jerome “no hay un gen para el éxito” de ahí que, es posible problematizar la perfección: ¿Qué implica tener una vida perfecta? ¿Por qué la perfección es deseada? ¿Dónde queda el azar cuando se acude a la perfección?

Gattaca problematiza las posibilidades que se desprenden del par ciencia-tecnología en un futuro optimizado donde los humanos sean diseñados y experimentados en aras de una perfección que amplía las oportunidades de vivir mejor para algunos mientras las restringe para otros, abriendo brechas profundas que posicionan el triunfo y se rehúsan al fracaso. Más allá de preguntarnos si los humanos existiremos en el futuro, importa poner el acento en la selección artificial que podría ocurrir con la reinvención de la lucha por la existencia no del lado del uso eficiente de los recursos o de la resistencia a la enfermedad, sino tal vez, del genoismo y la geneticocracia ¿Es posible resistirse al humanismo y al transhumanismo? ¿Es la muerte un mal evitable? ¿Qué implica la realización del yo?

El diseño genético asegura el vigor físico a través de la selección de caracteres que suprimen cualquier enfermedad, y a su vez, se convierten en garantes de los dones requeridos para ser exitoso en cualquier tipo de trabajo orientado por las preferencias. Más allá de toda pretensión moral, el filme sugiere una reflexión sobre la manera en que se configura la vida, pues quizá estar ausentes del riesgo, se convierte en un mismo riesgo por franquear ¿Qué asegura una vida feliz y exitosa cuando se alcanzan los triunfos? Tal vez lo imprevisible de la vida, el azar, la posibilidad de sorprenderse e inquietarse con uno mismo, con los otros y lo otro, de errar y caer, más que necesario es toda una experiencia.

Retratando el genoismo en su máxima expresión, encontramos en la serie británica Black Mirror[5], el episodio titulado Men against fire (Verbruggen, 2016) -figura 3-, el cual desarrolla su concepto idea sore la base de la deshumanización de la guerra que se libra entre soldados y unas extrañas y deformes criaturas denominadas “cucarachas” que son perseguidas por portar y transmitir en su sangre una infortunada enfermedad: la debilidad. El temor que se infunda a los soldados clama por cerrar un ciclo de dolor que puede evitarse “Hay que eliminarlas si queremos que la raza humana continúe en el mundo” asegura quien parece ser la líder de la escuadra. Stripe es uno de los soldados que coopera con la causa, quien a raíz de un enfrentamiento empieza a padecer ciertas alteraciones en sus percepciones, las cuales le permiten descubrir que las cucarachas son tan humanas como ellos, ¿Por qué los solados experimentan distorsiones de la realidad? ¿Cómo la combaten? Mediante un acto consentido se les implanta una “máscara” el arma militar por excelencia que les proporciona mejoras definitivas en su adiestramiento y acondicionamiento, a través del control de los órganos de los sentidos. En un diálogo entre Arquette, el psicólogo militar, y Stripe, quien se afecta profundamente por esta alarmante verdad se expresa lo siguiente: 

¿Tienes idea de todo lo que hay en su ADN? Tasas más altas de cáncer, distrofia muscular, EM, SSL, coeficiente intelectual inferior, tendencias criminales, desviaciones sexuales, está todo ahí, lo vimos en las pruebas. ¿Es lo que quieres para las generaciones futuras? No te sientas mal por hacer tu trabajo.

Figura 3. Men against fire [Collage].

Esta cita pone en tensión la declaración de la UNESCO (1997), donde se arguye que las características genéticas no serán motivo de discriminación, pues esto atentaría contra el respeto de la dignidad, los derechos humanos y las libertades fundamentales; no obstante, la gestión del futuro se halla signado por la eliminación del riesgo biológico que representa la incapacidad de superar los obstáculos que afectan la calidad de vida y el rendimiento, en Men Against Fire, esta labor se encomienda no a los soldados, sino a la máscara que se les inserta, al artilugio tecnológico que les permite en el día matar la debilidad con sevicia para proteger el linaje, borrar los recuerdos y, en la noche, tener placidos y sugestivos sueños. La eugenesia aduce al perfilamiento del linaje en aras de su perfección, pero, los mecanismos a partir de los cuales se pone en funcionamiento han cambiado, entonces, ¿Cuáles serían las formas contemporáneas del genoismo y la geneticocracia? ¿Se puede hablar de una eugenesia a nivel biológico y no solo a nivel humano? ¿La tecnología puede provocar una selección artificial donde cesen las oportunidades para los obsolescentes?

Ahora, es necesario transportarse al 2019 con el clásico más representativo del cyberpunk[6] Blade runner[7] (Scott, 1982) -figura 4-, en Los Ángeles se describe una atmosfera sombría, gris, nocturna, solitaria y en ruinas, un futuro gobernado por el deseo en manos de multinacionales japonesas y estadounidenses como la Tyrel Corporation cuyo lema “Más humanos que los humanos” los posiciona en la fabricación mediante ingeniería genética de “replicantes” -no son máquinas-, a quienes se les hace vivir para cumplir arduas misiones en el espacio como esclavos combatientes o sexuales, pero también, se les hace morir cuando se ha ejecutado tal propósito, caducan a los cuatro años para evitar que desarrollen emociones y recuerdos.

El modelo Nexus 6 tiene una apariencia física similar a los humanos, pero, con un rendimiento optimizado para afrontar las peligrosas misiones que se les delegan, Roy Batty es uno de ellos, asegura que “Somos más que computadoras, casi humanos”, nacido en 2016 y próximo a morir se gobierna a sí mismo regresando a la tierra clandestinamente en compañía de otros replicantes, buscando una esperanza que les permita prolongar indefinidamente su existencia, pero ¿Para qué vivir en medio de la desolación y la indiferencia? ¿Cuál es el valor de la vida cuando se fabrica?

Para Batty, vivir con miedo es toda una experiencia, no precisamente por la imposibilidad de emprender riesgos, sino porque la vida caduca en el momento en el que la experiencia hace mella, aunque carecen de emociones, los replicantes experimentan sentimientos de odio, tristeza y dolor, pero, no de resignación, pues la vida se niega a perecer, se aferran a ella más de lo que los humanos podrían, Batty agota su último recurso visitando a Tyrell su creador, el comenta: “La muerte es el problema que me molesta, quiero más vida”, a lo que él responde: “Un programa codificado no puede ser revisado una vez establecido […] Fuiste hecho con la mejor calidad, pero no para durar, Roy eres una obra de arte.” Respuesta que desata su furia dando muerte a Tyrell. En Blade Runner, el genoismo tiene lugar para las especies mejoradas que deben cumplir una misión estricta programando su vencimiento, prohibiéndoles el regreso a la tierra, y si cometen tal osadía, se les persigue para “retirarlos”, este es el trabajo de blade runners como Deckard, quien se convierte en el verdugo de Batty cuyos últimos momentos se escapan entre sus dedos, arremetiendo una disputa innecesaria donde opta por salvarle la vida, concluyendo lo siguiente:

He visto cosas que los humanos ni se imaginan: naves de ataque incendiándose más allá del hombro de Orión. He visto rayos C centellando en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.

Sentimientos, recuerdos y experiencias es irónicamente, lo que más hace visible Batty en este filme, entonces al parecer, nada está determinado, no hay destino sino posibilidad de hacer de la vida otra cosa. Atónito, Deckard pronuncia para sí mismo:

No sé por qué me salvó la vida, tal vez en esos últimos momentos él amo la vida con más intensidad que nunca, no sólo su vida, la de cualquiera, mi vida. Y lo único que quería era las mismas respuestas que nosotros: ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuánto tiempo me queda? Sólo podía quedarme ahí y verlo morir.

Figura 4. Blade runner [Collage].

Pareciera que esta muerte ya prevista, pero tan inesperada luego de la lucha que libera Batty, produce perplejidad, ama tanto la vida que al estar impedido de vivirla cuida la de otros, su inquietud por la vida trasciende cualquier fin y medio, cualquier sentido de supervivencia, de mejoramiento, solo pide más tiempo, más vida, era toda una obra de arte no por su belleza, sino por su particular modo de existir y liberarse ante la indiferencia y la utilidad que los humanos le prescriben a la vida de otros, una vida que no pidió, pero que se le arrebata cuando ya está fascinado con su inmanencia ¿Será acaso porque, no era del todo humano? ¿Será el genoismo la condición que posibilitará nuestra extinción?A partir de esta películaRuiz y Prada (2012), se preguntan: “¿Alguna vez hemos pensado, con detenimiento, ¿Qué estamos dispuestos a considerar “humano”, qué no, y a quienes? ¿Suspendemos acaso nuestro juicio de “especie” a aquellos sujetos que se encuentren por fuera de nuestro ámbito de interacción o nos son indiferentes?” (p.248).

A manera de resonancia

El cine es una condición que posibilita la enseñanza en la medida que insta a repensar nuestras maneras de proceder ante lo vivo y la vida, más allá de aproximarse a los contenidos que afianzan las competencias requeridas en ciencias naturales, se trata de abordar una perspectiva filosófica que abre paso a la problematización de nuestro presente, aquello que venimos siendo y cómo lo venimos siendo, también, a interrogar las verdades que nos constituyen. El cine es una condición que, en lugar de formar, de-forma, incomoda y confronta permanentemente, se implica con nosotros a partir de la experiencia y nuestros modos particulares de existir, por lo que, limitarnos al acto de enseñar que acontece con las premisas del aprendizaje, pone en suspenso nuestro potencial de creación y conmoción.

Así mismo, el cine de ciencia ficción hace visible algunos panoramas emergentes de distintas condiciones que posibilitan lo vivo y la vida en el pasado, el presente o el futuro, poniendo de manifiesto problematizaciones que atañen a las aplicaciones e implicaciones sobre los avances en ciencia y tecnología, un par que ocupa un lugar clave para experimentar terrenos que nos ponen en situación, nos fuerzan a pensar, reflexionar y decidir cómo se habitan los tiempos y espacios actuales, cómo la vida se sumerge en la velocidad del acontecer y en el afán de adquirir las competencias necesarias para responder a las demandas habituales de un mundo signado por dinámicas y oportunidades derivadas de expandir sus usos desde la cotidianidad, exaltando necesidades cada vez más recurrentes.

El cine de ciencia ficción pone en tensión la noción de futuro, evidenciando aspectos relacionados con la selección artificial, la exploración exacerbada del biovalor, así como los riesgos y temores que se expanden ante la enfermedad, por lo que, más allá de legitimar o deslegitimar las prácticas asociadas con estos acontecimientos, nos invita a revisarlas desde el presente en clave de la historia, nos alerta e intriga sobre las posibilidades que trae consigo el futuro en su cualidad de apertura, es justamente en lo posible, donde la enseñanza habita y provoca la oscilación del pensamiento.

En suma, el cine de ciencia ficción visibiliza algunas posibilidades éticas para repensar la constitución de lo vivo y la vida en la contemporaneidad, y con ello, su enseñanza, desde el pliegue de sí mismo no como individualidad reflejada en la identidad, sino como una manera de inquietarse por las prácticas propias, activar el pensamiento y emprender derroteros que más allá de aceptar o validar lo que se presume como útil y necesario lo pongan en cuestión. El riesgo y el peligro se convierten en una constante del estado actual de la biodiversidad y también, del bienestar, lo que precisa tomar medidas que permitan controlar a corto, mediano y largo plazo nuestras acciones, sin embargo, lo vivo y la vida no se consumen en los problemas inherentes o adherentes que se le atribuyen, tampoco en los preceptos económicos que imperan, se debate más bien, entre nuestras elecciones.

Bibliografía, notas y fuentes:

[1] Según Cabrera (2008), los conceptos idea son una clase de conceptos tradicionales utilizados por la filosofía escrita, ligados a los lugares comunes establecidos.

[2] Refieren a una clase de concepto visual con tendencias problematizadoras (Cabrera, 2008).

[3] Refiere a un subgénero de ciencia ficción literaria y cinematográfica, que narra historias futuristas, retrofuturistas o contemporáneas enfocadas en la biotecnología, basándose en el precepto de que la manipulación y experimentación genética han llegado a ser los máximos desarrollos científicos y tecnológicos. Su principal temática es la crítica social, moral, ética y política que los experimentos genéticos y las consecuencias que las armas bioquímicas, la clonación y la manipulación del ADN pueden acarrear a la humanidad (Cuauh, 2012).

[4] Como una noción alterna Fukuyama propone que para hablar de la ingeniería genética del futuro se haga uso del término “cría selectiva”, referido a la cría de humanos desde una perspectiva científica y, por ende, eficaz.

[5] Antología de ciencia ficción dominada por el extrañamiento y la inminencia del futuro, donde la tecnología más avanzada choca con los instintos más oscuros (Netflix, s.f.).

[6] Es un subgénero de la ciencia ficción, conocido por su enfoque en la alta tecnología en contraste con un nivel de vida decadente, toma su nombre de la combinación entre cibernética y punk, junto con algún grado de desintegración o cambio radical en el orden social (Zero Uno, 2013).

[7] Adaptación cinematográfica de la novela de Philip Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Ackerman, 1998).


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