Abstracciones

Delfina Sena
Historiadora del Arte

Según la definición del diccionario de la lengua española, un mapa es una representación geográfica de una parte de la superficie terrestre.

Un mapa recoge y hace más asimilables los diferentes datos cartográficos que añadimos en él.

Existe una gran variedad de mapas, pero para este análisis, nos vamos a centrar en la idea del mapa político, geográfico y urbano.

Así, recurrimos al uso de estos mapas para ubicar(se), encontrar(se), es decir cuando estamos en busca de un lugar concreto.

La representación de los mapas en arte existe desde la antigüedad. Observamos que el estudio de los mapas de la Edad Media, Renacimiento y Moderna, es una disciplina que ha apasionado a más de un historiador. Sandra Sáenz-López, doctora en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, especializada en cartografía medieval, nos comenta que “un mapa es esencialmente una imagen, una pintura.” Técnicamente necesita de las mismas habilidades y recursos pictóricos. A lo largo de la historia, muchos mapas han sido responsabilidad de pintores u otro tipo de artistas. Prosigue, “los mapas están a camino entre el arte y la ciencia; es decir, también son fruto del conocimiento geográfico del momento (a tener en cuenta las nociones de astronomía, ciencias naturales, geometría, matemáticas, etc.).

Es entonces, cuando nos damos cuenta que el mapa nos confronta frente a dos disciplinas que, cometeríamos el error de pensar, están totalmente enfrentadas. En verdad, los pintores eran eruditos, y se interesaban por todo tipo de materia científica, artística y literaria. A veces tenemos tendencia a pensar que un artista es un bohemio, un alma en pena descontenta del mundo en el que vive y con una sed ávida de despertar un sentimiento en el alma de la gente. Sí y no.

Los artistas, y sobre todo aquellos que dedican su proeza artística a la representación de mapas, son grandes conocedores de matemáticas, geografía, astrología, y demás ciencias.

La representación del mundo en dos dimensiones no sólo interesó a los maestros del pasado. Son varios los artistas de la Edad Moderna y actuales que se detienen a pensar en la idea del mapa, buscando diversas maneras de plasmar esta imagen.

Piet Mondrian, artista holandés del siglo XX, nos dejo varios ejemplares de este estudio artístico.

Como todo artista, Mondrian no nació siendo el gran pintor que conocemos hoy. Forjo su carrera, atravesando varios tipos de técnicas artística.

Reconocido por ser uno de los pioneros de la pintura abstracta del siglo XX, Mondrian abandonó la pintura figurativa para sumergirse en la aventura abstracta.

Todo su aprendizaje en pintura y figuración lo puso al servicio de la abstracción. Como su propio significado lo dice, el arte abstracto prescinde de toda figuración, aislando una representación concreta de un objeto.

Como vemos en las obras de Mondrian, el pintor habla a través sus obras con un vocabulario totalmente geométrico.

Su trabajo se define como Neoplasticismo, que viene de la propia traducción del holandés “neoestructuración”. Este movimiento artístico esta sin duda vinculado al nacimiento del arte abstracto, reivindicando un proceso de abstracción progresiva, en virtud de la cual las formas se irían reduciendo a lineas rectas horizontales y verticales, y los colores negro, blanco, gris y los tres primarios.

De este modo, el Neoplasticismo se caracteriza por :

– Una búsqueda de renovación estética.

– Eliminación de todo elemento superfluo, intentando llegar a la esencia.

– Orientación hacia un arte “antitrágico” : no hay ninguna expresión purgativa de los sentimientos interiores del artista.

Este análisis plástico lo realiza gracias a :

– El uso de pocos colores.

– Empleo de fondos claros.

– El uso de formas geométricas, y líneas verticales y horizontales.

Podríamos pensar que Mondrian nos deja obras con poco interés analítico. Sin embargo, fue todo lo contrario. El maestro holandés revoluciona la historia del arte al demostrar que hay una manera alternativa de representar las cosas, lo cual al mismo tiempo es bastante paradójico puesto que anula toda figuración.

De este modo, Mondrian se aventuro también en la realización de mapas. ¿Cómo es posible que abstrayendo toda forma, se pueda plasmar un mapa en un lienzo?

Piet Mondrian llegó a Nueva York en 1940, escapando del fascismo que invadía el continente europeo.

Las obras que realiza en este último período de su vida, son algunas comenzadas en París o Londres, y otras inspiradas por las líneas constructivas de Manhattan.

El éxodo de artistas europeos a América fue un fenómeno generalizado en esos años y también fue común a todos ellos la transformación de su arte debido al cambio de ambiente físico e intelectual.

Como consecuencia del impacto que le produjo Manhattan, la pintura de Mondrian perdió la rigidez anterior y adquirió una mayor libertad y un ritmo más vivo. Desde un primer momento se sintió fuertemente atraído por el dinamismo de la gran metrópoli, por su configuración cuadrangular y sus elevados edificios que, como él solía decir, eran «lo más lejano a la naturaleza».

Realiza New York City, 3, obraconservada actualmente en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.

No solo nos interesan las obras que realiza en su periodo americano por el impacto que tuvo la ciudad en él y en su trabajo, sino también por la introducción de una nueva técnica.

Las lineas negras que delimitabas las zonas de color, son remplazadas por un nuevo material, la cinta adhesiva de color. Este material le otorgaba una mayor flexibilidad a la hora de realizar una obra. En efecto, el hecho de poder colocarlas y moverlas sobre el lienzo, le permitía construir la pintura poco a poco, sin que nada fuese definitivo. De este modo, revoluciona también la idea de la composición de un cuadro. Esta ya no es fija y definitiva, pero puede modificarse según al artista le convenga. Una vez la composición “terminada”, llegaba la fase final del proceso, en la cual reemplazaba las cintas por líneas de colores pintadas. Esta operación solo la llevo a cabo en esta obra, el resto de la producción americana quedo inacabado.

Pocas veces se ha representado tan vivamente el espíritu de una ciudad. Mondrian nos muestra que la ciudad que nunca duerme se reduce en realidad a una cuadrícula geométrica. La obra sin ser una representación fiel de la ciudad, sino un trabajo de abstracción puro, se convierte de alguna manera en un mapa de la metrópoli.

En una era en la que lo material, ya sean objetos, dinero y posesiones, es lo que rige el modo de vida américano, y por ende occidental, Mondrian se encarga de destruirlo todo y vuelve a la esencia. Con este “mapa abstracto” de Nueva York, Mondrian nos comunica una preocupación artística y la búsqueda de nuevas técnicas, al igual que transmite una inquietud de índole social.

De este modo, al igual que los mapas realizado por los maestros antiguos, Mondrian nos invita a ubicar(nos) y encontrar(nos) a través del mapa abstracto de Manhattan.