En Sueño Ajeno

Reseña

Javier Gil Diez-Conde
Escritor

Hace unos meses nos contaba Félix de Azúa en El País, que “En una carta a Paul Engelmann, un inesperado Wittgenstein calderoniano le decía que nuestra vida es un sueño, sí, pero que en algunos momentos decisivos nos despertamos y podemos llegar a saber que estamos dormidos”. Una cita que ni a propósito de esta obra en cuestión. Claro que se trata de un eje temático muy antiguo, al menos en lo que al teatro se refiere, que es lo uno más había escrito hasta ahora.

Porque “En sueño ajeno (fantasía transfronteriza para bombo y charanga)” es, ante todo, una novela de insólitas aventuras a través del mundo del sueño: una especie de viaje alucinante que arranca con la caída de internet en toda Europa, toda una pesadilla para el mundo en que vivimos. Un viaje que lo es también por el tiempo… pasado, dado que nuestra percepción onírica se alimenta de lo que fuimos o vamos siendo, difícilmente de lo que lleguemos a ser. Un viaje que en lo espacial se extiende al otro lado del océano, pero que sobre todo se interna en el intrincado mental entre la ensoñación y la realidad: esa sutil barrera tan brillantemente traspasada por clásicos universales de la talla de nuestro Calderón y William Shakespeare, que también es nuestro, precisamente por su universalidad.

Secuela de Rumorada, mi anterior novela, en la que la comunidad pirenaica de Solano del Puerto, por conseguir como fuera el ascenso de su equipo de fútbol (de categoría regional, jamás superada) pretendía vivir la realidad como una ensoñación, alterando un yacimiento arqueológico para hacernos creer que su fabla local (olvidada de siglos en lo inaccesible del Alto Pirineo) pudiera ser rescatada y hasta considerada la lengua románica más antigua conocida (del siglo IV, nada menos), en clara referencia paródica al yacimiento alavés de Iruña Veleia (frustrado sueño identitario). Sólo que, una vez más, la realidad ha superado con creces a la ficción, por muy onírica que se presente.

Pero en esta sucede más bien lo contrario: sus personajes tratan de vivir un complejo entramado de ensoñaciones como auténtica realidad, convirtiéndose así en expertos onironautas (navegantes del sueño), en expresión del psicofisiólogo norteamericano Stephen Laberge, de la Universidad de Stanford (California), y su teoría de La exploración de los sueños lúcidos (de 2016 la versión española), consistente en llegar a controlar nuestros sueños desde una especie de consciencia onírica. La diferencia entre las dos historias estribaría en pasar de un no afrontar la realidad (aferrándose a vivirla como ensoñación delirantemente colectiva) del primer caso, a añorar la realidad perdida en la presente novela. Es decir, de la ceguera a la ilusión.

Ello va a obligar a estos personajes, especialmente a Hilario Moya (su protagonista) a indagar en su propio pasado… su antigua militancia en organización terrorista… cómo llegaría, no obstante, a hacerse íntimo amigo del guardia contra el que pudo atentar, incluso hasta dos veces por mor de la paradoja del tiempo en el ensueño… a cierto ejercicio de metaliteratura… y, en fin, a reflexiones que les llevan a considerar la realidad como mera interpretación (más o menos benévola) del cerebro humano. Nuestro cerebro que tanto nos aviva como nos miente.

Y todo ello en estética de “Comedia cruel”, marca de la casa -como viene siendo habitual en este autor que aún se siente dramaturgo-, consistente en la percepción de la realidad como espectáculo, tal cual nos la sirven los medios de comunicación, particularmente el televisivo, que tan a menudo traspasa la barrera entre materialidad y ensoñación. Más el ingrediente del humor como medio, sin descartarlo como fin.

  • Nota: “En sueño ajeno (fantasía transfronteriza para bombo y charanga)” está publicada por Tabula Rasa Ediciones (San Sebastián, 2019) y aún puede encontrarse en Librería Lagun, entre otras.