Carta a Sara Buesa

Iñaki Vázquez Larrea
Doctor en Antropología

Fecha de publicación: 20/02/21

Matar a un hombre es algo despreciable. Le quitas todo lo que tiene, y todo lo que podría llegar a tener”

Clint Eastwood en “Sin Perdón”.

El reconocimiento del otro es un viaje
 a la reconciliación posible
 Hacia el pasado, nombrando la verdad
 Hacia el futuro, para aprender que,
 quien se cree llamado a morir por sus ideas
 siempre decide matar a otros por las suyas” 

José Ignacio Calleja, profesor de Filosofía y Moral Social.

Si da igual, sea usted lo que quiera…No vale matar por eso.  
 Ni matar, ni morir por eso” 

Fernando Buesa.

Las circunstancias que rodearon el asesinato de Fernando Buesa, opacan gran parte de su legado político. En realidad, el de Buesa no fue un crimen más. ETA se llevó por delante a un político, que en palabras de Antonio Rivera y Eduardo Mateo hacían que “las sociedades funcionasen de forma cabal” (Fernando Buesa, una biografía política (no vale la pena matar ni morir), Catarata, Madrid, 2020, pag. 22).

Buesa era el socialista de seda, con una visión laica, no finalista, pragmática de la política. Su preocupación era hacer cosas que cambiaran la realidad, y tenía, en consecuencia, una visión instrumental de su partido. Más en la línea de Don Indalecio Prieto, que de la sacralidad emocional obrerista de Pablo Iglesias.

Crítico con el concepto de normalización lingüística (que encubre la imposición del euskera), fue el artífice de una escuela pública vasca, que pretendía educar en las libertades individuales y el pluralismo, desde la cual los alumnos “formaran sus propios valores, sus propias ideas personales”.

A este criterio, y no a ningún otro, debo mi empeño docente en la actual escuela pública de todos los vascos:

Siempre he pensado (reflexionaba en sus notas autobiográficas), y por eso me pareció clave aquella operación, que un país, una sociedad cohesionada de un modo adecuado, necesita un sector educativo público bien organizado, bien provisto de medios, con una red de escuelas en todos los niveles de la enseñanza, que son un elemento básico de cohesión social.

El País Vasco no lo tenía y lo tiene ahora, y ese el valor principal. Funcionará mejor, funcionará peor, tendrá problemas, dejará de tenerlos, lo harán mejor o peor los que lo administren, pero es un valor básico sin que es imposible una sociedad que podamos llamar moderna en el País Vasco”.

Gracias, Fernando.