En el homenangel

-Con motivo del día del socio en el Ateneo Guipuzcoano y del homenaje a Ángel García Ronda-

Jocano
Músico

Fecha de publicación: 17/10/22

Construyeron un convento en las faldas del monte Urgull, donde ahora las abadesas visten de negro y no elaboran galletas, se dedican a recibir a los asistentes e indicarles el botón del ascensor, “estamos en -1 y hay que bajar al -3”. Ardua tarea para opositar, simpatia excesiva, atractivo natural. 

El Ateneo es, ahora, uno de esos simbolos culturales que no tiene espacio. Va ocupando lo que se le deja, o lo que queda vacio. Despues de un poco más de 150 años es normal que a una ancieneidad matusaliana no se le preste la menor atención. Sin embargo, hay un lugar en el convento donde las novicias no tienden las bragas, a la que se puede acceder. 

Cuando yo llego a mediatarde el siglo 21 es una mesa con manjares suculentos, de embutidos y encurtidos, presididos por botellas de vino tinto. Como el vagabundo Dylan cuando se presentó ante pete Seeger con su marihuana y humildad, me subo al escenario y contemplo las 80 sillas negras que me observan todavia desnudas y mudas. Confio en la acustica del espacio, no tanto en la iluminación, que me obligará a colocarme las gafas de lupa. Tengo tiempo para tomar un descafeinado en uno de los bares de alrededor, y sentarme ante la Iglesia de Santa Maria, para fumar. Ahi se casaron mis suegros hace 72 años, y ahi se recasaron hace 22, una iglesia con demasiados enfoques.

Vuelvo a las abadesas de negro y al ascensor, que ahora me reciben como el señor musico, o incluso me toca el hombro, la sala ya tiene media entrada.

Protocolos, presentaciones, programación, y yo. Canto los dos sonetos que robé en los libros de poesia de AGR. Que me escucha de pie, junto a Javier Mina, sobre el escenario. En cualquier otro momento lo hubiera hecho mejor, pero Angel queda satisfecho, y me relaja. Me dice que cree recordar los versos, aunque ya estén en el olvido fácil. Leen uno de sus relatos donostiarras, que tiene una formula brillante, y que lo interpreta, otro Juan, de manera efectiva. Para culminar le entregan un cristal dedicado, muy lindo, que lo veo. 

Pero la gente ya ha visto los majares y quiere merendar, también pillar un punto de trago. Es lo que tienen los HomenAngeleles, que siempre funcionan. Habrá que  hacerlos más a menudo.