Montserrat Fornells Angelats
Doctora en Historia del Arte

Imagen: Juan Gabriel Vich
Querido Raúl, ¡qué difícil se me hace hablar de ti en pretérito cuando siempre has estado tan presente y tan cercano!. Nuestra amistad se remonta al siglo pasado cuando los dos llegamos a esta tierra vasca, que enseguida hicimos nuestra, como forasteros atraídos por sus gentes (tú por Maite y yo por Pablo). Desde entonces ¡cuántas vivencias compartidas!, cuantas luchas, proyectos, tertulias, comidas y viajes juntos, disfrutando de tu talento, tu fino humor y tu bonhomía.
En estas páginas de homenaje que te dedica “Trépanos”, la revista vinculada al Ateneo Guipuzcoano en cuya Junta directiva fuimos también compañeros, muchos amigos hablarán ampliamente de tus novelas, de tus éxitos y premios literarios, de tu valentía y compromiso frente al terrorismo etarra que tan caro te costó: amenazas, pintadas, destrucción de tu farmacia y el tormento de ir con escoltas. Por eso yo quiero tocar otro aspecto quizás menos conocido: tu amor por el arte, el patrimonio histórico y los museos.
En 1992 un grupo de personas preocupadas por la situación del Museo Municipal fundamos la “Asociación de Amigos del Museo San Telmo” con varios objetivos: ampliar sus colecciones, hacerlo más atractivo para los ciudadanos y que las instituciones apostaran por su futuro. Uno de los primeros socios fue Raúl Guerra Garrido (carnet de Amigo número 35). El hecho de que una personalidad de su relevancia apoyara a la Asociación entrando en ella, fue un gran espaldarazo que le dio mucha mayor visibilidad y difusión.
A partir de entonces siempre colaboró con entusiasmo en las actividades culturales de los Amigos del Museo. Quisiera destacar, entre otras muchas, la magnífica conferencia que impartió el 17 de noviembre de 2005 con el sugestivo título de: “La pintura en-cubierta. De la misteriosa relación de algunos cuadros con algunos libros”, o su papel como cicerone cuando tras la publicación de su libro “Castilla en Canal”, organizó – en marzo de 1999 – un recorrido por Castilla y León para los Amigos del Museo, visitando varios monumentos y dos de los ramales del Canal, en el que deslumbró a los participantes con sus conocimientos, su amenidad y su cercanía.
También fue un apoyo fundamental para la organización en San Telmo del VI Congreso de la Federación Española de Amigos de los Museos (mayo 1995), donde acuñó su deliciosa frase “Lo que más me gusta de los museos son sus Amigos”. Por todo ello fue nombrado “Amigo de Honor” en un solemne acto celebrado en San Telmo en diciembre de 2008, en el que su figura fue glosada por el escritor Álvaro Bermejo.
No quiero acabar estas líneas sin hablar también de su preocupación por la desaparición de importantes elementos del patrimonio arquitectónico de San Sebastián, expresando su apoyo a la conservación del mismo (el Palacio Bellas Artes, las villas de la “belle époque”, …) en varias entrevistas y tertulias.
¡Querido Raúl!, aunque ya no podamos disfrutar de tu compañía física y haya tenido que utilizar el pasado para escribir estas líneas, seguirás acompañándonos a través de tus libros y de la memoria de tantos buenos momentos compartidos. Dicen que mientras haya alguien que te recuerde no te has ido del todo, por eso estás y estarás siempre con nosotros.
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