–Todos somos parte de esta historia–
Iñaki Vázquez Larrea
Doctor en Antropología
Fecha de publicación: 29/09/20
Poco que objetar al “marmitako emocional”de Aitor Gabilondo (así define su obra el productor y guionista de Patria). La adaptación televisiva de la célebre novela de Fernando Aranburu es poliédrica y brillante al tiempo.
Gabilondo afirma que la imposición de un único relato sobre la violencia en Euskadi resulta peligrosa. Es posible. No obstante, no todos somos parte de de esta historia. Las víctimas, por ejemplo, no eligieron ser protagonistas de la crónica del delirio (Kepa Aulestia), de la izquierda abertzale. Se les impuso esa condición, caso de Txato, lo cual exige justicia y reparación.
Es probable, también, que el happy ending reste credibilidad a la obra. En otros lares del planeta en donde la etnicidad se ha cobrado un tributo de sangre elevado, el tema de la reconciliación se toma con mucha más cautela. En “Han ez banengo bezala” de Slavenka Drakulic, lo verdaderamente sorprendente es que la víctima, bosnia en este caso, siga con ganas de vivir. No es este el caso de Bittori, que sólo, quiere ya, reunirse con Txato.
En “Cinco minutos de Gloria”, Oliver Hirschbiegel, el que fuera fiero guerrero protestante legitimista de la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF), no arranca más que un lacónico “Se acabó”, del hermano de su inocente víctima católica. Hau bukatu da (Esto se acabo) es lo que los vascos, después de cinco décadas de violencia, podemos esperar. Al menos en una o un par de generaciones. Me temo.